Editorial Alba publica La guerra carlista, una joya para todos que quieran disfrutar de la buena literatura y descubrir las claves para conocer y entender episodios cruciales de la historia de España que siguen marcando la actualidad.
Nada mejor que acudir a un maestro de la escritura, cercano a los hechos y comprometido ideológicamente, para descubrir una perspectiva fresca y diferente de una época que marcó el futuro de España y aún sigue condicionando parte de los episodios del presente.
Leído hoy, el ciclo de La guerra carlista, que se presenta en una nueva edición a cargo de Ignacio Echevarría, resulta revelador porque ofrece además un cuadro histórico de la España tradicionalista que llega a nuestros días.
La obra se publica con una introducción que aporta claves y datos que ayudarán al lector a sumergirse en el relato y entender mejor lo narrado por el genial escritor.
En 1872 Carlos de Borbón y Austria-Este, llamado Carlos vii por sus adeptos, entró en España para ponerse al frente de las partidas sublevadas contra el rey Amadeo de Saboya, dando inicio a la tercera guerra carlista. Aunque la incursión fue un fracaso, la proclamación de la Primera República en 1873 dio alas a sus partidarios y el conflicto se extendió por todo el norte de la península; no concluyó hasta 1876 con la victoria de las tropas del nuevo rey Alfonso xii. Valle-Inclán, de familia carlista y durante muchos años defensor de «la Causa», dedicó a ella entre 1908 y 1910 tres novelas breves ̶ Los cruzados de la causa, El resplandor de la guerra y Gerifaltes de antaño ̶ y dos relatos ̶ Una tertulia de antaño y La corte de Estella ̶ donde quiso representar la guerra en toda su complejidad, partiendo del protagonismo del pueblo.
Ramón José Simón Valle Peña (futuro Ramón María del Valle-Inclán) nació en 1866 en Vilanova de Arousa (Pontevedra), hijo de un funcionario y periodista liberal; su madre, Dolores Peña, era de una familia terrateniente tradicionalista. Estudió Derecho en Santiago de Compostela, pero no terminó la carrera. En 1888 empieza a colaborar en prensa, en España y en México, donde pasó un año. Publicó su primer libro, Femeninas, en 1895, año en que se traslada a Madrid, donde empieza frecuentar los círculos literarios y debuta como actor en una obra de Jacinto Benavente. En 1899 una riña de café que llevó a la amputación de su brazo izquierdo frustró su carrera en los escenarios, pero no como autor, pues ese mismo año se estrenó su primera obra teatral, Cenizas.
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