Os presento en esta entrada otra joya de Stefan Zweig que publica Hermida Ediciones.
El loco homicida (o Amok, como Zweig tituló más tarde este relato) vio la luz en 1922, formando parte del volumen de novelas breves titulado Amok. Novelas de pasión (publicado por Hermida Editores en 2023). Hoy se cuenta entre las narraciones más célebres del autor vienés, y es una de las más desgarradoras e impresionantes.
Un médico europeo se halla destinado desde hace años en las colonias holandesas de Malasia, apenas tiene trato con otros blancos, la selva le rodea y a duras penas soporta aquel ambiente soporífero. Un día aparece súbitamente en su consulta una misteriosa dama inglesa, elegante y muy atractiva, que le ofrece una tentadora cantidad de dinero a cambio de una intervención quirúrgica ilegal. El médico, seducido por la belleza de la inglesa, concibe una idea diabólica.
Lo que sucede a continuación en la vida del médico solitario sólo puede expresarse con la palabra malaya «Amok», el vocablo que describe un arrebato de locura asesina inexplicable. Cuando este tipo de enajenación se apodera súbitamente del alma y el cuerpo de un hombre cualquiera, lo transforma en un asesino, en un loco homicida. Es como un demonio que, enfurecido y ciego, coge un puñal y sale corriendo sin saber adónde va, asesinando con despiadada cólera a cuantos infelices se encuentra en su camino: sólo podrán pararlo cuando caiga extenuado por sí mismo o cuando lo tumben de un disparo.
El loco homicida se inscribe en el género de las historias coloniales, y emparenta a Stefan Zweig con Rudyard Kipling, Josep Conrad y Somerset Maugham, grandes maestros a los que rindió homenaje en esta historia tan sobrecogedora como extraordinaria.
Stefan Zweig nació en Viena en 1881, en el seno de una familia de la gran burguesía judía. Con apenas 20 años comenzó a colaborar en el diario más importante de Viena, el Neue Freie Presse. Tradujo a Baudelaire y a Verlaine. Trabó gran amistad con el poeta belga Émile Verhaeren y con el escritor francés Romain Rolland, que serían sus referentes literarios y morales.
La catástrofe que supuso para Europa la Primera Guerra Mundial afianzó sus convicciones pacifistas y antinacionalistas. Luchó por divulgar la idea de una Europa sin fronteras, unida por sus raíces culturales y humanistas.
Entre 1920 y 1930 adquirió gran fama como escritor. Sus relatos más conocidos: Miedo, Amok, Carta de una desconocida, Veinticuatro horas en la vida de una mujer y Confusión de sentimientos se tradujeron a multitud de idiomas. El ciclo titulado Los constructores del mundo, que comprende tres volúmenes con retratos literarios de Balzac, Dickens, Dostoievski, Hölderlin, Kleist, Nietzsche, Casanova, Stendhal y Tolstói se convirtió en un fulgurante éxito de ventas, al igual que sucedió con sus ensayos sobre Freud y Mesmer o con sus biografías de Fouché, de María Antonieta y María Estuardo y con las miniaturas históricas de Momentos estelares de la humanidad.
En 1934, la terrible situación política en Austria y Alemania —el triunfo del fascismo y el nazismo respectivamente— lo obligaron a abandonar Salzburgo. Se instaló en Inglaterra en compañía de su segunda esposa. De los años del nazismo datan libros tan extraordinarios como Erasmo de Rotterdam y Castellio contra Calvino, eminentes alegatos contra el totalitarismo.
En 1942, Zweig abandonó Europa junto a su segunda esposa, Lotte Altmann, para exiliarse en Estados Unidos y Brasil. En Norteamérica escribió El mundo de ayer, que vio la luz póstumamente junto con Novela de ajedrez, Américo Vespucio y la gran biografía inacabada de Balzac.
Las penalidades del exilio, el extrañamiento de Europa y la sospecha de que el terror totalitario y la sinrazón triunfarían en el mundo desalentaron a los Zweig. El 22 de febrero de 1942 se suicidaron juntos en la ciudad brasileña de Petrópolis.