Las cicatrices de la independencia, de Holger Hoock (Desperta Ferro, 2021) desvela el violento nacimiento de los Estados Unidos.
La idea que nos ha sido legada de la independencia de Estados Unidos es la de una rebelión contenida, justa y sujeta a unos cauces ordenados, protagonizada por patriotas en defensa de sus nobles ideales frente a un imperio opresor que gozaba del monopolio de la violencia, un relato inspirador y estimulante que los fundadores hicieron todo lo posible por alimentar tras la guerra.
Con una prosa vigorosa y asertiva, la provocadora obra de Hoock también examina los dilemas morales planteados por esta omnipresente violencia a los que debieron enfrentarse tanto los británicos, que se debatían entre una guerra sin restricciones y la contención hacia los también súbditos de la Corona, como los patriotas, que documentaron crímenes de guerra en un ingenuo esfuerzo de unificar la nación naciente. Frente a un relato blanqueado a lo largo de los siglos, Las cicatrices de la independencia contrapone una historia más incómoda, pero también más honesta, que pone de manifiesto las tensiones inherentes entre los propósitos morales y las tendencias violentas de la América de ayer, de las cuales son herederos los Estados Unidos de hoy. Con ello, nos brinda una nueva historia fundacional tan relevante como necesaria, y un recordatorio de las naciones rara vez se forjan sin derramamiento de sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario