La historia del libro se desarrolla dentro de un manicomio y para preparar la novela el autor ingresó voluntariamente en un manicomio durante 18 meses simulando una psicosis depresiva. Los enfermos mentales que aparecen en la novela están basados en casos reales conocidos por el autor durante su internamiento.
La novela está narrada en primera persona por Alice Gould, licenciada en Ciencias Químicas y detective privado que ingresa en un manicomio simulando una paranoia para investigar un crimen, por encargo de un cliente, Raimundo García del Olmo. El plan preparado por Alice cuenta con la complicidad de Samuel Alvar, director del hospital y del doctor Donadío quién preparó esta carta para que la tapadera fuera perfecta:
“Es condición muy acusada en esta enferma tener repuesta para todo, aunque ello suponga mentir (para lo que tiene una rara habilidad), y aunque sus embustes contradigan otros que dijo antes. Caso de ser cogida en flagrante contradicción, no se amilana por ello, y no tarda en encontrar una explicación de por qué se vio forzada a mentir antes, mientras que ahora es cuando dice la verdad. Y todo ello con tal coherencia y congruencia que le es fácil confundir a gentes poco sagaces e incluso a psiquiatras inexpertos. A esta habilidad suya contribuyen por igual sus ideas delirantes (que, en muchos casos, la impiden saber que miente) y su poderosa inteligencia.”
Cuando Alice ingresa en el manicomio, el doctor Alvar, el único dentro del Centro que conoce su verdadera situación, se encuentra de vacaciones. Alice tendrá que ganarse el favor de médicos y enfermeros, a pesar de que estos creen que ha ingresado en el manicomio por haber intentado envenenar a su marido en tres ocasiones.
Los días que Alice pasa esperando al director, son suficientes para conseguir que todo el personal del Centro quede fascinado con su carisma e inteligencia. Especialmente interesante es su relación con Montserrat Castell, consejera de los nuevos y “chica para todo”, ya que es asistenta social, monitora de gimnasia y psicóloga del manicomio. Otra parte esencial de la novela son las conversaciones entre Alice y el doctor César Arellano, cuyos diagnósticos tienen fama de infalibles. El psiquiatra se avergüenza por “haberse dejado cautivar por la belleza, el encanto y la rara personalidad de Alice Gould”. Está fascinado con ella y se siente impotente para saber en qué miente y qué es lo que oculta.
Al mismo tiempo que consigue fascinar al personal sanitario, Alice entabla relación con sus compañeros de internamiento. La detective se encuentra en un “reino del absurdo, donde la extravagancia es ley”. Los diferentes enfermos mentales que aparecen en la novela componen “un museo de horrores, un álbum vivo de esperpentos, un gallinero de excentricidades, pero eran seres humanos, no árboles ni bestias. En algún lugar y un tiempo desconocidos tuvieron unos padres, un hogar y una cuna”. En principio, la reacción de Alice es de rechazo ya que es incapaz de soportar la visión del dolor humano, pero después se recrimina su propia actitud: “¡No es horror lo que deben producirte, sino una sincera compasión y un gran afán de ayudarlos!”. “El hombre de cera”, “la niña oscilante”, “la duquesa de Pitiminí”, “el hombre elefante”, “el Quijote”, “la Malgenio”, “el Galáxico”, etc, presentan historias fascinantes, surrealistas y, por encima de todo, conmovedoras. El autor nos sumerge en el mundo de las enfermedades mentales, dejándonos descolocados e impresionados por las experiencias de unas personas cuyas mentes han fabricado una realidad diferente.
Cuando todo parece desarrollarse con normalidad, Alice se ve involucrada en una muerte accidental que pone en peligro su estancia en el manicomio. La noticia del regreso del director supone un alivio para Alice pero, de forma inexplicable, el que debería ser su cómplice se convierte en su peor enemigo.
La novela se sumerge a partir de este momento en una espiral de intriga y misterio que resulta apasionante. Alice se siente víctima de un maquiavélico complot y se encuentra atrapada en un cepo del que le va a resultar complicado salir. Necesita contactar con su marido, quien desconoce el plan tramado por Alice.
El lector se sentirá confundido, desorientado, asistiendo a una guerra sin cuartel entre Samuel Alvar y Alice sin saber a quién creer. Por si esto fuera poco, una oleada de crímenes se sucede en el manicomio complicando toda la trama y obligando a Alice a usar toda su inteligencia y capacidad deductiva.
La lectura de la novela no da tregua al lector, no puedes bajar la guardia en ningún momento, tienes que estar atento a todos los detalles, a cada conversación, porque no hay nada dentro de sus páginas que resulte intrascendente.
El magistral prólogo realizado por el psiquiatra ya fallecido Juan Antonio Vallejo-Nájera nos invita a abrir las páginas del libro dispuestos a leer una historia que va a engancharnos desde el principio y que devoraremos de forma compulsiva.
“El encierro en el hospital es el tema de fondo de toda la novela. El talento excepcional de Torcuato Luca de Tena para las piruetas de la fantasía arrastra al lector por un torrente de esperanzas, decepciones, anhelos y pasiones, que, como en un caleidoscopio, cambia de configuración con cada movimiento del escritor. La brillantez polémica del novelista adquiere al final carácter de magia. Es como si con las piezas de un mismo rompecabezas nos crease sucesivamente imágenes completas, totalmente distintas en cada nueva reconstrucción. Pero… es mucho mejor que el lector lo compruebe por sí mismo”.
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