Danny Cartwritght es un joven de clase obrera que está a punto de casarse. Pero se ve implicado en una pelea callejera en la que muere su mejor amigo y, a la vez, futuro cuñado. Los culpables, cuatro hombres de clase alta crean un complot para incriminarle a él. Tendrá que cumplir 20 años de pena en la cárcel, pero durante su estancia en prisión conoce a un aristocrático militar al que se parece muchísimo. Llegarán a tener una gran amistad y el militar formará culturalmente a Danny, que demostrará tener una inteligencia por encima de la media. Por un giro del destino Danny sale de la cárcel y empieza a diseñar los pasos que le llevarán a su venganza.Esta novela es una thriller frenético que combina varios géneros. La primera parte es una intriga judicial que nos recuerda el estilo del maestro John Grisham. La narración del cumplimiento de la pena es un drama judicial que hará las delicias de los seguidores de la serie “Prison Break”. La segunda parte del libro es una versión actualizada de “El Conde de Montecristo”. En este caso, Danny, al igual que Edmundo Dantés, llevará a cabo un plan arriesgado e ingenioso que tiene como principal objetivo la venganza pero que le llevará a un final inesperado.
El libro se lee en un suspiro, la narración es ágil, los personajes están bien perfilados y el final no decepciona. La descripción de las diferentes situaciones, tanto durante el juicio, como en el período carcelario y la trama de la venganza, demuestran que el autor conoce perfectamente sobre lo que está escribiendo. Y es que el británico Jeffrey Archer podría ser un personaje de novela.
Aristócrata, vicepresidente del Partido Conservador, en el año 2001 fue condenado a prisión durante cuatro años por dos delitos de perjurio y otros dos de obstrucción a la justicia. Las memorias publicadas de su período en prisión se convirtieron en un bestseller y sus novelas han vendido millones de ejemplares. Sin duda, “El impostor”, volverá a ser un éxito de ventas.
El relato está basado en documentos de archivo, transcripciones del juicio con la narracción en primera persona de los testigos y acusados. El autor es abogado y miembro de “Laboratorio de Ideas” en Washington. Además, es miembro consultor de la “Comisión del Bicentenario de Abraham Lincoln”. Siempre ha sentido fascinación por Abraham Lincoln; leyendo el libro, se puede comprobar esta fascinación, porque finalmente el héroe del libro es el presidente asesinado.
En la segunda parte de la obra, asistimos a la “caza del asesino”. En esta ocasión el protagonista principal sigue siendo Booth, simpatizante de la Confederación, miembro de una familia de actores y fanático racista obsesionado con vengar la derrota del sur. En una declaración de principios da muestras de su fanatismo e incongruencia: “Gente del Norte, nuestros padres nos enseñaron a odiar la tiranía, a amar la justicia y a enfrentarnos a las injusticias y a la opresión… Este país se creó para los blancos, no para el hombre negro..”
Esta última misión habría tenido éxito en pocos días si no hubiese sido por la aparición de un colaborador fortuito que permitió que Booth pusiera en jaque a sus perseguidores durante una semana Thomas Jones fue una especie de ángel de la guardia que consiguió frenar el carácter impulsivo de Booth y le ocultó durante 7 días en un bosque. Era un hombre de honor sureño que se regía por antiguos valores y que antepuso su concepción del honor a otro tipo de intereses.
Después, recorre su infancia y dura adolescencia, que le mostraron la necesidad de formarse. Su experiencia religiosa no le convirtió en un libre pensador, sino en una especie de cristiano “no confesional”. Los comienzos fueron duros, tanto a nivel sentimental, político y profesional. Tuvo que afrontar numerosas deudas que pagó demostrando que se podía confiar en su palabra. En su juventud se perfiló su ideario político. Su visión era nacional, creía en un poder central fuerte que proveyera un marco económico para que todos pudieran progresar. Defensa de la libertad y oposición a la esclavitud.
Son varias la coincidencias entre ambos. Obama inició la campaña electoral en Springfield, la misma ciudad donde lo hizo Lincoln, y juró el nuevo cargo sobre la misma Biblia. Además, los dos representaron como congresistas al estado de Illinois y comparten la misma profesión, la abogacía. Pero, coincidencias y deseos aparte, ¿realmente hay algún parecido entre los dos presidentes?
Después de leer estos dos libros, cada uno podrá sacar sus propias conclusiones sobre las semejanzas entre Obama y Lincoln. Personalmente, creo que sería una muy buena noticia que el actual presidente de los Estados Unidos se acercase a las virtudes de Lincoln aunque, en mi opinión, el listón está muy alto y le queda mucho camino por recorrer.
Este libro está compuesto por veinte relatos de ficción que tratan diferentes temas entre los que voy a destacar algunas historias verdaderamente inquietantes. Creo que el mejor de los relatos es “Tu punto final” de Mariano F. Urresti, en el que se cuenta la historia de un extraño libro que esconde un secreto mortal. El que llega al final de su lectura encontrará en sus páginas la narración de su propia muerte. En otros, encontramos historias que también tratan el tema de la muerte y plantean situaciones inquietantes como experiencias cercanas a la muerte, vampiros, momias, seres que podrían estar vivos… o muertos, etc.



Esta operación es solo una muestra de los proyectos que llevó a cabo la CIA entre los años 1953 y 1974 y que aparecen recogidos en el libro “CIA, Joyas de Familia” de Eric Frattini (ed. Martínez-Roca, 2008).
El libro ha sido realizado utilizando el material que la misma Agencia ha desclasificado. Ante esta revelación de información, Jorge Dezcállar, prologuista del libro, afirma que: “es de admirar la transparencia de un sistema político que posiblemente cometa errores –a mi juicio este libro recoge muchos-, pero no duda en reconocerlos haciéndolos públicos y sometiéndoles al veredicto de la opinión.”
Las Joyas de Familia de la CIA, son las operaciones ilegales o de dudosa moralidad llevadas a cabo por la Agencia. A lo largo de las páginas del libro vamos a descubrir proyectos que nos pueden dar risa, pero que costaron la vida a muchos cientos de personas que fueron usadas como cobayas humanas.
Si los primeros capítulos son muy buenos, los últimos son absolutamente geniales. Sus reflexiones y recomendaciones se pueden aplicar en cualquier área de nuestra vida. Ahora que se ha puesto de moda hablar de “la ética del trabajo”, “ética de la familia”, “ética de la política”, etc., el autor afirma que en la economía, como en toda nuestra vida, sólo hay una ética, la denominada “norma moral objetiva”. Él, como católico, cree que esta norma ha sido puesta por Dios en nuestros corazones y debemos aplicarla con coherencia en todas las áreas: familia, amigos, trabajo, etc.
“El Optimismo consiste en sacar el mejor partido posible de cualquier situación concreta”. Este optimismo es el que propone Leopoldo Abadía, recordándonos que todos somos responsables y empresarios de nuestra vida. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en la crisis, y podemos aportar nuestro grano de arena para salir de ella.