Como en toda serie, lo ideal es comenzar por el primer libro, aunque en este caso puedes empezar perfectamente la lectura por esta última novela porque las tramas son independientes y la autora ofrece información anterior sobre la vida de la protagonista.
En esta aventura vas a encontrar una trama muy sencilla, alejada de los grandes casos, pero esa es la grandeza del libro. A partir de dos casos muy rutinarios, la autora nos lleva hacia unos acontecimientos que muestran la maldad que anida en el corazón del hombre.
El primero de los casos tiene que ver con un vecino de la detective, un anciano cascarrabias que sufre una caída y será atendido por una enfermera llamada Solana Rojas. Kinsey se dará cuenta de que la situación del anciano empeora de forma alarmante y sospechará de la enigmática enfermera.
A la vez, la detective tiene que investigar un caso en apariencia sencillo, un accidente entre dos vehículos. Para demostrar la inocencia de su cliente tendrá que encontrar a un testigo cuyo testimonio es crucial, pero cuya búsqueda se hace muy difícil.
“Siempre habrá alguien dispuesto a aprovecharse de los vulnerables, es decir, de los más jóvenes, de los más viejos y de los inocentes de cualquier edad”
Esta preocupación de la autora por los más débiles me recuerda cómo en la Ley que Dios dio al pueblo de Israel se protegía de forma especial a los estamentos más frágiles de aquella sociedad, los ancianos, las viudas y los extranjeros.
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