Detrás de los encuentros entre las grandes personalidades que han cambiado la historia, se encuentran los diplomáticos, “un ejército de profesionales especialistas en hacerlo todo posible en cualquier circunstancia, personas cuyo rostro no se conoce pero que han hecho factible que una reunión trascendental o cualquier acontecimiento internacional pueda desarrollarse con normalidad y con posibilidades de éxito”.
Unos profesionales cuyo trabajo crucial se realiza en la sombra y que sólo son noticia cuando falla el protocolo. El libro narra 25 encuentros diplomáticos trascendentes y está repleto de anécdotas, curiosidades e incidentes que aportan una perspectiva diferente a lo que reprodujeron las portadas de los medios de comunicación.
Las comidas y cenas de gala, con la descripción de los lugares en los que se celebraron y los menús que degustaron se convierten también en protagonistas del libro. Además, es curioso comprobar cómo los grandes acontecimientos están marcados por pequeños detalles que en algunos casos se convirtieron en piezas claves de la diplomacia. Se desvelan hechos poco conocidos, como la labor de la diplomacia española salvando a millares de judíos de las manos de los nazis.
Comienza con el viaje de Evita a España. En 1947 el régimen de Franco había conseguido que España quedase aislada en el marco internacional. La visita de Eva Perón fue un bálsamo para la dictadura franquista. Se reproduce la expectación que su visita provocó en el pueblo español, con los madrileños echándose a la calle para recibirla.
El libro finaliza con el hombre de moda, el líder en el que todo el planeta ha puesto sus esperanzas, el flamante Nobel de la Paz a las buenas intenciones, Barack Obama. Refleja las consecuencias de la “Obamanía”, desvelando secretos de su elección y de la toma de posesión.
En medio de estos dos acontecimientos, encontramos todo un despliegue de encuentros entre personalidades que han marcado la historia de España y del mundo. En cuanto a la historia de nuestro país, encontramos la visita de Eisenhower en 1959, los entresijos de la toma de posesión del rey Juan Carlos, la primera visita del monarca a Estados Unidos, encuentros controvertidos como el viaje de Suárez a Cuba o la visita de Ceaucescu a España. Las manías de los líderes mundiales llevan a situaciones tan grotescas como las vividas por los sirvientes de los Ceaucescu en el Real Sitio de Aranjuez, que tenían que caminar descalzos porque “el ruido de las pisadas sobre el entarimado les molestaba”. También se describe el encuentro entre González y Honecker y las complicadas relaciones con Marruecos. Curiosa es la descripción de los “equilibrios protocolarios” que tuvo que realizar la reina en muchas de sus visitas a los países islámicos. La polémica visita de Arafat nos lleva hasta el corazón del conflicto judío-palestino, ofreciéndonos un rápido vistazo para comprender las raíces del conflicto.
El mundial de fútbol de 1982 se convirtió en un increíble ejercicio de diplomacia que fue mucho más allá del simple evento deportivo. El accidentado viaje de Felipe González a China tiene momentos de gran tensión acrecentados por la actuación de los medios de comunicación; comprobamos también cómo las peculiaridades del protocolo chino superan los límites imaginables. Las visitas de la familia real a otros países tienen un lugar destacado, como la que realizaron a México o el encuentro que se produjo en 1982 con la familia real británica cuando España había tomado partido por Argentina en la guerra de las Malvinas. Las relaciones problemáticas con los ingleses se revelan también con el conflicto por el Peñón de Gibraltar.
En 1998 se produjo la visita de la familia real a Grecia, en la que la reina vivió un momento emotivo pero muy duro. La boda de Felipe y Letizia no podía faltar, con jugosas anécdotas que revelan el papel institucional que juega el Príncipe en la monarquía. La mítica frase del rey Juan Carlos “¿Por qué no te callas?” da título a un capítulo que desmonta muchos de los tópicos sobre las relaciones entre España y latinoamérica. Por último, el fútbol y la diplomacia se unirán, en un capítulo que no podía faltar al ser las dos pasiones de uno delos autores del libro.
En la esfera internacional, el libro desvela las claves de la cumbre entre Kennedy y Kruschev en Viena y descubrimos a Jacqueline Kennedy y Kruschev conversando sobre mascotas durante una cumbre tensa que dio origen al muro de Berlín. Descubrimos que el encuentro entre Mao y Nixon, considerado el más importante de la segunda mitad del siglo XX, tuvo su origen en un torneo de ping pong celebrado en Japón. El atentado contra Juan Pablo II da pie también a revelaciones sobre los cónclaves y sobre las relaciones entre Franco y Pablo VI.
La cumbre entre Reagan y Gorbachov también es protagonista en el libro. En un momento trascendental como la cumbre entre Reagan y Gorbachov, la astróloga de Nancy Reagan jugó un papel fundamental. La guerra fría se reprodujo en el curioso enfrentamiento entre las primeras damas. En 1991, Madrid se convirtió en la anfitriona de la cumbre de la paz entre judíos y palestinos, cuyos preparativos estuvieron repletos de obstáculos y dificultades. Los “deslices” de Clinton también tienen su capítulo de rigor y dan pie a más ejemplos en los que política y sexo se vieron mezclados de forma comprometedora. Kofi Annan y la ONU protagonizan un capítulo que muestras las grandes virtudes y los grandes defectos de este organismo. Llegamos después al desafortunado encuentro de las Azores, con Aznar jugando a ser amo del mundo, junto con Bush y Tony Blair.
Un paseo por la historia original y entretenido, que aporta una nueva perspectiva sobre los acontecimientos narrados, algunos de los cuales siguen siendo de actualidad por lo que estamos ante un libro que nos ayuda a comprender el pasado, pero también muchos de los sucesos del presente.
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