martes, 10 de abril de 2012

Elegidas

Elegidas (ed. Espasa, 2012) es la primera novela de Kristina Ohlsson, que ha vendido más de 100.000 ejemplares en Suecia. Kristina ha trabajado como analista científica de la policía secreta sueca y actualmente colabora con la Oficina para la Seguridad y la Cooperación en Europa como experta en terrorismo y nos ofrece una novela policíaca en la que destaca la complejidad de los personajes protagonistas.



La novela comienza con la desaparición de una niña en una lluviosa tarde de verano. “Un día que podría haber pasado como cualquier otro, pero que sin embargo cambió para siempre la vida de unas cuantas personas”. El equipo de Alex Recht se encarga del caso.

Alex es toda una leyenda dentro del cuerpo, a lo largo de sus muchos años de servicio había resuelto una gran cantidad de casos de niños desaparecidos y, en esta ocasión, toda apunta a que el culpable es el padre de la niña, separado de la madre y con un oscuro historial. Creen que va a ser un caso fácil de resolver, pero el desarrollo de la investigación se complicará y les sumergirá en una pesadilla en la que se han de enfrentar a una mente criminal tan astuta como despiadada.

El equipo de Alex está formado por Ellen Lind, Peder Rydh y Fredrika Bergman. A largo de la novela se alternará la investigación policial con las situaciones personales de los policías que nos irán desvelando aspectos sobre la personalidad de cada uno, marcados todos por episodios de su pasado. Destaca Peder, en una situación complicada a nivel familiar y despreciando a Fredrika por considerar que no tenía madera suficiente para ser policía. Creía que no era una policía, sino una académica, que actuaba poco y pensaba demasiado.

Fredrika, convertida a lo largo de la narracción en la gran protagonista, es analista de la policía e ingresó en el equipo de Alex creyendo que sus aptitudes serían valoradas y solicitadas dentro de la organización policial. Pero se había encontrado con la incomprensión de sus compañeros, alentada por su propia actitud, mostrándose siempre difícil y poco accesible. Además, la acusaban de comportarse de forma demasiado fría en los casos, ante lo que ella se defendía afirmando que “yo no soy una asistencia espiritual. Soy investigadora de crímenes. No se trata de quién soy, se trata de lo que hago. Yo investigo, que consuele otro”.

La investigación se volverá cada vez más oscura e inquietante, en una carrera contrarreloj por detener a un asesino despiadado. Las circunstancias personales del equipo de Alex también se complicarán, mientras esperamos a conocer la decisión de Fredrika, quien había ingresado en el equipo simplemente para ampliar su experiencia, pero no pretendía quedarse allí mucho tiempo.

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