El caso de la Madonna Sixtina, de Kaplana Swaminathan (ed. Siruela, 2012) es el tercer título de la serie de novelas policíacas protagonizadas por la detective india conocida como U. R. Lalli, “Lalli Último Recurso”, ya que es el último recurso al que acude la policía de homicidios cuando se encuentran ante un caso que no pueden resolver.
Antes de adentrarnos en la historia de la novela es interesante señalar que estamos ante una escritora poco convencional. Swaminathan es cirujana pediátrica y tiene una dilatada y variada producción editorial y periodística. Un día decidió escribir una novela policíaca, dando comienzo a una serie de cinco novelas protagonizadas por Lalli, una mujer madura que siempre se acompaña de una sobrina que quiere ser escritora y que es quien narra los crímenes y las investigaciones en que se ve involucrada su tía.
En la web Detectives de Libro encontramos una presentación de la protagonista:
"Lalli es una policía india retirada de 63 años que vive en Bombay (India). Mide 1,67 m y pesa 57 kg. Su cara de actriz, cambiante y expresiva, está surcada por arrugas y sus ojos son negros y brillantes, a veces fríos. Tiene el pelo revuelto de rizos plateados. Adora la moda aunque vista vaqueros, un sencillo sari o el salvar kamiz (pantalones anchos y chaqueta larga). Es un poco seca y se mantiene al margen de la gente. Escueta, en pocas palabras lo dice todo.
Aunque Lalli está jubilada, muchos compañeros recurren a ella para que les ayude en crímenes que parecen irresolubles. Es capaz de leer un escenario gracias a sus conocimientos forenses, pero no tiene una fe ciega en la técnica. Su arma secreta es la deducción. Sabe que los asesinos son estúpidos y que para desenmascararlos, además de encontrar sus motivos, su arma, sus oportunidades y su falta de coartada, hay que saber ver su soledad y desesperación.
La narradora de sus aventuras es su sobrina de 33 años. En un sólo día perdió su carrera como profesora, sus libros y a su novio. A cambio consiguió una máquina de escribir, una nueva vivienda y a su tía."
En El caso de la Madonna Sixtina Sita, la sobrina de Lalli tiene un protagonismo especial. Comienza la novela recibiendo una inquietante llamada de Sitara, una antigua compañera de facultad, “Creo que voy a morir”. Sita no conocía mucho a su ex compañera ya que fueron juntas a la facultad, pero estudiaban asignaturas diferentes y tenían intereses distintos. Después de cinco años sin verse, coincidieron dos días antes en una boda e intercambiaron direcciones y números de teléfono. Después de recibir la llamada, Sita acude a su piso donde encuentra a Sitara drogada y el cadáver de un hombre en el suelo.
La policía comienza una investigación en la que Sita se ve implicada de forma directa. Su tía Lalli se encuentra de viaje por lo que tendrá que investigar en solitario. Cuando Lalli regresa, Sita cree tener el rompecabezas resuelto, pero su tía le demostrará que está equivocada, aunque pedirá su colaboración: “tú rara vez haces las preguntas adecuadas, pero siempre puedo contar con tu observación”. Sita se había fiijado en una copia de la Madonna Sixtina de Rafael que colgaba de una pared del piso de Sitara, con unas variantes que pueden resultar claves en la resolución del caso.
Tal y como afirma la traductora en una nota final esta novela es diferente a las dos anteriores, “Los crímenes de Ardeshir Villa” y “La canción del jardinero”, en las que la autora elaboraba una ficción detectivesca de corte clásico, que resuelvía con una “deliciosa frescura y agilidad”. En esta ocasión se adentra en el thriller, con una historia que “no nos dejará indiferentes, terminaremos descubriendo que nada era lo que se suponía y que tras la aparente normalidad de cualquiera puede esconderse la más abyecta de las perversiones, el más irracional de los crímenes”.
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1 comentario:
¿India? Ya está, me has convencido, no hace falta que digas nada más, sólo con saber que son libros de una detective en la India tengo suficiente. La verdad es que no conocía a esta escritora ni esta serie, pero me apetece muchísimo.
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