"La venganza es dulce"

La venganza es la protagonista principal de la novela “La venganza es dulce y además no engorda” de Gervasio Posadas (ed. Espasa Calpe, 2009), hermano de la también escritora Carmen Posadas.

La novela está escrita en un tono desenfadado y divertido aunque, en medio de las situaciones cómicas y estrambóticas que viven los personajes, se esconde una dura crítica contra diferentes estatus y actitudes sociales. Alejandro Expósito, el protagonista, es el prototipo de perdedor. Le han echado del trabajo y malvive en un piso con su madre y su tía. Gasta su dinero en todos los sorteos de lotería que se celebran con la esperanza de que algún día la suerte le sonría.

Un día, por casualidad, decide que no quiere seguir así, “dicen que hay que tocar fondo para tomar impulso y salir a flote”. Se apunta a un curso impartido por una importante escuela de negocios y, para sufragar los gastos, hipoteca la casa de su madre sin que ésta lo sepa. Adopta la personalidad de un directivo de éxito, lo cual dará lugar a enredos muy divertidos. Alejandro se esfuerza en el curso para encontrar un trabajo digno y vivir una nueva oportunidad profesional.

En el curso, trabajan con casos reales y, con estupor, comprueba que uno de los casos presentados es el que él sufrió en la realidad. Descubre que el director de la escuela fue el causante de su despido y, desde ese momento, su vida sólo tiene un propósito, la venganza. Para llevarla a cabo tiene que investigar la vida del director pero, como no tiene dinero para contratar un detective privado, decide hacerlo él mismo, produciéndose situaciones cómicas. De forma inesperada contará con la ayuda de uno de los alumnos del curso, cuya colaboración producirá efectos inesperados.

La historia se convierte en una crítica al sistema capitalista. El autor tampoco tiene piedad con los ecologistas, personajes del corazón perfectamente reconocibles y, por supuesto, banqueros y empresarios.

Mientras lleva a cabo su venganza descubre secretos de su pasado que cambian su concepción de todo lo sucedido. En un principio, es fácil sentir simpatía por Alejandro, pero en la parte final del libro se convierte en el ejemplo de todo lo que no hay que hacer y probar en esta vida. El personaje de Farrah Fawcett, que mantiene “conversaciones” con él desde un poster, será quién ponga cordura y sentido común en su vida, defendiendo la premisa de que “con la verdad por delante todo es más fácil”. La novela se convierte así, de forma involuntaria, en un homenaje a la actriz recientemente fallecida.

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