El escritor Ramsey Campbell, autor de obras como “Los sin nombre”, llevada al cine por Jaume Balagueró y ganador de varios premios con sus novelas de terror psicológico que le han convertido en un icono del género, vuelve a atemorizarnos con la novela “La historia secreta” (ed. La Factoría de Ideas, 2009).
La historia de Ramsey se acerca a la frontera entre la realidad y la ficción, con un protagonista inquietante, Dudley, un funcionario que vive con una madre agobiante y absorbente. Ésta, sin el consentimiento de su hijo, envía uno de sus relatos a un concurso literario convocado por la revista “La voz de Mersey”. El relato narra el asesinato de una mujer en el metro y gusta tanto en la revista que deciden llevar la historia al cine.Patricia, periodista de la revista, recibe el encargo de entrevistar a Dudley e investigar algo más sobre su persona y su obra. La periodista descubre que Dudley ha escrito más relatos, todos ellos con el mismo personaje protagonista, un asesino de mujeres cruel y despiadado. A partir de aquí, Patricia se adentrará en el pasado de Dudley y en la fuente de inspiración de sus relatos, acercándose cada vez más a una verdad que pondrá su vida en peligro.
La novela se adentra en temas oscuros e inquietantes como las motivaciones que llevan a una persona a matar y, lo más inquietante, hasta dónde está dispuesto a llegar un escritor por conseguir una buena historia. Además, queda reflejada también la hipocresía de la sociedad, cuya avaricia y morbosidad pueden convertir a un asesino en un héroe.
Me gustaría resaltar también el papel de Kathy, la madre del protagonista. Su relación enfermiza y posesiva con su hijo aporta un toque de humor a la historia, aunque también nos advierte sobre los peligros de no ser objetivos con las personas que tenemos cerca. No seamos como Kathy, descrita por un personaje de la novela como “una de esas madres modernas, de las que no aguantan ninguna crítica que se las haga a sus hijos e impiden cualquier intento de corregirles”.
Una última advertencia nos llega desde las páginas del libro. No hay que ser padres neuróticos, pero tengamos cuidado con las historias que ven y leen nuestros hijos, hay edades en las que todavía no se está preparado para diferenciar la realidad de la ficción…
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