Pablo Villarrubia. Periodista y, desde 2006, guionista del programa «Cuarto Milenio». Nació en São Paulo, Brasil, a poco más de doscientos kilómetros de distancia de donde ocurrió la tragedia del Príncipe de Asturias, de la que ahora se conmemora su centenario. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Villarrubia es autor de una investigación histórica titulada El fantástico reino del Preste Juan, así como de diversos libros sobre sus viajes: Brasil insólito, Luces de la muerte, Un viaje mágico por los misterios de América y Rumbo a lo desconocido.
Desde muy joven se dedicó a investigar los misterios de la humanidad, labor que desarrolla desde finales de los años setenta. Ha recorrido miles de kilómetros por más de treinta países realizando reportajes sobre antiguas civilizaciones, pero también de «historia viva», entrevistando a poblaciones autóctonas de África, América y Asia.
El libro llega con la recomendación de Iker Jiménez, que nos deja con los dientes largos, preparados para embarcarnos en un viaje de trágico e incierto destino: «Los lectores, esos amigos al otro lado del papel, están de enhorabuena. Porque Pablo, el reportero errante, el niño eterno que cree en lo que hace, el ser entregado a la causa de vivir para contarlo, está de regreso con una historia llena de marejadas que hacen temblar, alucinar y llorar. El ejemplo de este caso y de su investigación es palmario. Llegar más allá. Llegar adonde otros no llegaron. Remar en aguas procelosas y pisar la orilla de los hallazgos con la firmeza de los viejos conquistadores».
El autor nos lleva hasta el cinco de marzo de 1916, a las 4:15h., cuatro años después del hundimiento del Titanic, para asistir a una tragedia por muchos desconocida, el hundimiento en poco más de cinco minutos del Príncipe de Asturias, un imponente trasatlántico español de 140 metros de eslora, frente a la isla de Ilhabela, en la costa de Brasil. Las cifras oficiales ya resultan escalofriantes, murieron 447 personas y sobrevivieron 147. Pero la realidad pudo resultar aún más terrorífica y es que a bordo del trasatlántico viajan mucho polizones que huían de la primera guerra mundial, por lo que la cifra real de víctima podría superar el millar, acercándose a las muertes producidas en el Titanic.
Han pasado 100 años y el episodio ha quedado en el olvido, dejando muchas preguntas en el aire. ¿Por qué se acercó tanto y tan peligrosamente a la costa brasileña? ¿Qué pasó con el gran cargamento de oro que llevaba en las bodegas? ¿Su capitán se suicidó? ¿La brújula del barco sufrió una alteración a causa de los fuertes campos magnéticos de Ilhabela? ¿Acaso influyó la «maldición» de las estatuas de bronce que llevaba a bordo? Para encontrar las respuestas adecuadas el autor se embarcó en una empresa apasionante, viajando hasta el lugar de la tragedia, entrevistando a expertos y estudiosos, consultando archivos, entrevistando a nativos y descubriendo historias increíbles, fascinantes, que comparte en este libro para recuperar "esa memoria perdida, esos recortes amarillentos olvidados por el tiempo".
El libro comienza con el relato del naufragio, poniendo nombre y cara a los protagonistas de la tragedia. A continuación nos sitúa en el contexto histórico para comprender las motivaciones de los pasajeros del trasatlántico y los posibles polizones, identificando a tripulación y pasaje, lo que la una dimensión más humana al relato y lo convierte en una experiencia más humana e impactante.
El autor relata después los pormenores de las investigaciones posteriores, los testimonios de los supervivientes, las diferentes teorías sobre lo que ocurrió, relatos donde el misterio se abre camino, también hay referencias a los intentos por recuperar los tesoros enterrados bajo el mar, moviéndose ente la rumorología y las leyendas. Piratas, brujas, fantasmas, hombres lobos, procesiones de muertos y ovnis terminan dando forma a un reportaje en el que historia, memoria, misterio y leyenda se dan la mano componiendo una propuesta irresistible.
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