En el género de la novela histórica se agradecen libros que desvelen sucesos poco conocidos. Si además éstos resultan sorprendentes como éste, y están narrados de forma ágil, amena, con una trama de aventuras que atrapa de principio a fin, sus correspondientes dosis de intriga, unos personajes atractivos y un giro final, ¡qué más podemos pedir!
Javier González (Madrid, 1958) es licenciado en Derecho y ha desarrollado toda su carrera profesional en el mundo del márketing, trabajando en importantes agencias y anunciantes. Él mismo se declara «un lector empedernido que escribe los libros que le hubiera gustado leer». El viaje de los cuerpos celestes es su quinta novela. Antes había publicado Un día de gloria (2001); La quinta corona (2006); Navigatio (2009) y Cinco segundos (2013). Su obra ha sido traducida a varios idiomas.
El comienzo de la novela nos sitúa en el Monasterio de Leyre en el verano de 1619. El anciano monje Gayarre ve cercana su muerte y dispone a cumplir una promesa hecha a una mujer, "No dejéis que la memoria de nuestro viaje se pierda". Había jurado por su honor que escribiría o haría escribir la crónica de todo lo vivido en un viaje que resultó prodigioso, hasta ese momento no había cumplido su juramente, pero ahora, con la muerte acechándole, se dispone a dictar a su pupilo el relato de una empresa fascinante.
Las conversación entre Gayarre y su pupilo se alternan con el relato principal de un viaje que tiene su origen el de mayo de 1578, cuando el suelo de un viñedo junto a la Via Salaria se hundió bajo el peso de un carro lleno de sarmientos secos. Se acaban de redescubrir las catacumbas de Roma, perdidas durante más de mil años. En la gigantesca necrópolis subterránea se encontraron los restos olvidados de cientos de los primeros cristianos. Un accidental descubrimiento que dio inicio a una empresa fascinante y es que "Las grandes historias se tejen muchas veces con hilos de azar, con sucesos que nadie tenía previstos..."
El papa Gregorio XIII vio en este suceso una oportunidad única para frenar el avance de la Reforma protestante y, bajo la influencia del ambicioso Cardenal Granvela, decidió convertir aquellos restos anónimos en «auténticas» reliquias de mártires, con el fin de repartirlos por catedrales y monasterios de Europa Central a fin de impulsar la «verdadera fe». Una operación de estrategia y poder en una Europa convertida en un tablero de ajedrez en el que se jugaba una partida con ambiciosos contendientes.
Dará comienzo así una peculiar expedición, "de los cuerpos celestes", liderada por el capitán Moncada del Tercio Viejo de Sicilia, al que acompañaron un joven cocinero Gayarre, ex novicio e hijo bastardo de un hombre rico y poderoso, un puñado de monjas capitaneadas por la singular madre superiora Wende, una escuadra de guardias suizos, una pintoresca compañía de teatro y dieciocho esqueletos articulados cuajados de gemas preciosas.
El autor desvela con gran acierto un episodio oculto por la Iglesia católica desde que en la Edad Moderna comenzar a aparecer las dudas sobre la autenticidad de las reliquias creando polémica sobre la ola de fervor desatada por la superstición e ignorancia del pueblo. Javier González nos ofrece relata así "una historia que creo que merecía la pena rescatar del olvido y sacar de nuevo a la luz. Aunque solo sea para entender mejor lo que somos". Y el resultado final no hace sino dar la razón al autor y confirmar el cumplimiento y gran acierto de los propósitos marcados.
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