El secreto de los Medici, de Michael White (Rocaeditorial, 2010), nos acerca a un misterio del Renacimiento que mantendrá nuestro interés hasta un final sorprendente.
Carlin Kackenzie, paleontólogo de prestigio, al que denominan "el detective de las momias" se encuentra en Florencia estudiando los restos de la familia Medici junto a su sobrina, la antropóloga forense Edie Granger. Su propósito es "determinar con toda certeza la causa del fallecimiento de los miembros más destacados de los Medici". Confían en que los huesos pueden contar una cantidad increíble de cosas que hasta ese momento habían permanecido ocultas. Uno de los cuerpos les crea serias dudas sobre su verdadera identidad, se trata de Cosimo el Mayor, uno de los miembros más importantes de los Medici. Para añadir más misterio al descubrimiento, encuentran un extraño objeto en su columna, ¿qué hacía ese objeto en el cuerpo de un hombre que había muerto hacía más de 500 años? Para Carlin resulta el enigma más fascinante que se le ha presentado en sus 40 años de paleontólogo. Nunca había sido supersticioso, era científico de formación, pero no podía negar sus miedos más recónditos. Llevaba tiempo observando una serie de extraños sucesos y coincidencias de las que no había hablado a nadie.
Desde este momento comienzan una serie de asesinatos y sucesos extraños relacionados con el descubrimiento que Edie Granger, la sobrina de Carlin, tendrá que investigar con la ayuda de su mejor amigo, Jeff Martin, un historiador especializado en la Alta Edad Media, que se encuentra superando una crisis personal y profesional, después de haber vivido un divorcio. La investigación estará repleta de enigmas por descifrar, pistas encriptadas, revelaciones inquietantes y grandes peligros que tendrán que sortear. Además de estos dos personajes principales, en la novela encontramos otros personajes de perfil muy interesante que nos harán viajar por diferentes épocas a través de una aventura que tiene como principal protagonista el secreto guardado por la familia Medici que varias personas a lo largo de la historia han intentado desvelar.
En el año 1410, en Florencia, encontramos a Cosimo, considerado el personaje que encendió la chispa del Renacimiento. Preocupado por el mundo del intelecto, su padre la apremia para que se implique en el negocio familiar de los Medici. Para su padre sólo existe el dinero y el comercio, pero él tiene otras inquietudes. De forma providencial, llega a sus manos un misterioso mapa y comienza una búsqueda del secreto de la sabiduría perdida, embargado por el deseo de conocer más.
"El secreto de los Medici" nos hace viajar también hasta el año 1966, cuando una inundación anegó la Capilla de los Medici en Venecia. El vigilante de la Capilla encuentra flotando un tubo negro cuyo contenido se convierte en un misterio, y su posesión, un grave peligro. En el año 2003, en Londres, encontramos a Sean Clifton, especialista en el Quattrocento italiano de Sotheby´s. Descubre un escrito de 1410 de un humanista del Renacimiento que contiene una revelación sorprendente. Finalmente, volvemos a la actualidad, con un personaje inquietante, Luc Fournier, multimillonario enigmático que financia el terrorismo internacional movido por su odio a la sociedad occidental. También colecciona artículos antiguos, datados a comienzos del Renacimiento.
Estos personajes compondrán un puzzle en el que encontraremos documentos comprometedores, la sombra de la inquisición, herejías, misterios por desvelar, diarios reveladores, sociedades secretas, Vivaldi como personaje clave de la trama, etc. Las piezas irán encajando en las diferentes épocas hasta llevarnos a un buen final. La trama se desarrolla a un ritmo ágil y los enigmas planteados mantienen el misterio hasta el final, en una historia en la que los protagonistas no podrán confiar en nadie.
Este tipo de novelas, además de ser entretenidas, nos muestran el interés del ser humano por una realidad que vaya más allá de lo material. Destaca también el tono escéptico y descreído de Jeff y Edie, ésta última llega a afirmar que "al margen de lo que hagas, al margen de lo que dejes al marchar, empieza a descomponerse gradualmente y acaba desapareciendo. Al final nada queda, nada en absoluto", incluyendo los temas espirituales en el mismo saco de lo que termina resultando inútil. Curiosamente, en el libro bíblico de Eclesiastés encontramos la misma conclusión del autor, "vanidad de vanidades, todo es vanidad", aunque en su caso este diagnóstico se refiere a una vida que deja a un lado la perspectiva de la existencia de Dios.
Al final de la novela, encontramos unas páginas interesantes, en las que Michael White explica con algo más de detalle la historicidad de algunos personajes y episodios de la novela, despertando el interés del lector para profundizar más en estos aspectos.
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