martes, 23 de octubre de 2012

La brisca de cinco, una novela policíaca que te sorprenderá

La brisca de cinco (ed. Destino, 2012) es el primer título de la “Trilogía del BarLume”, escrita por Marco Malvaldi, químico de profesión que trabajó durante años como investigador en la Universidad de Pisa. Estamos ante una novela corta, con una trama policíaca sencilla, pero con unos protagonistas y un estilo narrativo que la convierten en un bocado delicioso para el paladar de todo tipo de lector, no solo aficionados al género negro.


Ya desde las primeras páginas intuimos que estamos ante una novela diferente. La escena inicial del descubrimiento del cadáver suele ser uno de los momentos más dramáticos de este tipo de novelas, junto con la revelación final de quién es el asesino, pero en esta ocasión asistimos a un episodio extravagante, que nos anticipa ya lo que va a ser la constante del libro: un tono fresco, divertido y desenfadado.

Pero lo mejor está por llegar, con un lugar y unos personajes con los que nos identificaremos plenamente, demostrando que los italianos y los españoles somos “primos hermanos”.

La trama se sitúa en el umbral del año 2000 y se desarrolla en el pueblo imaginario de Pineta, una localidad costera que se ha puesto de moda y que ha sufrido todo tipo de cambios: “donde estaba el bar con petanca han puesto un discopub al aire libre, en la pineda hay un gimnasio exterior de body-building y ya no hay bancos, sólo aparcamientos para las motos”.

Pero hay algo que no ha cambiado en el pueblo y es el “deporte nacional” de sus habitantes: “ocuparse de los asuntos ajenos”. A esto se dedica un entrañable grupo de cuatro ancianos vivaces que todos los días se reúnen en el bar de Massimo, el nieto de uno de ellos, para jugar a la brisca.

Massimo, de 30 años, les acompaña cuando la clientela y los presentes se lo permiten, y “se divierte como un tonto”. Es un joven culto y buen observador que, de forma casual, se verá implicado en el descubrimiento del cadáver de una chica malcriada de buena familia que aparece muerta en un contenedor de basura. De forma también accidental se irá implicando en la investigación hasta el punto de que cuestionará las tesis policiales sobre la identidad del asesino.

La novela se desarrolla principalmente en el bar, convertido en el centro de operaciones de Massimo, que comparte sus descubrimientos con el particular grupo de ancianos, que se encarga de debatir sus conclusiones y ampliarlas gracias a su peculiar método del cotilleo, que requiere unas técnicas especiales que iremos conociendo a lo largo de la trama.

El bar será el lugar clave para resolver el caso, ya que en palabras de uno de los personajes, allí “se somete a examen de la sociedad civil la actuación de las fuerzas del orden que, en un país democrático, el ciudadano tiene el deber moral de valorar”. Pero también será la expresión de “testaruda supervivencia de los habitantes del pueblo frente a la devastación del consumismo turístico modelado por la televisión”.

La brisca de cinco es todo un descubrimiento, uno de esos libros que te sorprenden por su sencillez y que, sin necesidad de grandes giros argumentales, te llevan por sus páginas sin que puedas dejar de leer hasta llegar al final, dejándote un regusto de lo más agradable.

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Reseña publicada en Mujer de Hoy.

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