“La abadía de los crímenes”, de Antonio Gómez Rufo (ed. Planeta, 2011) nos hace viajar al siglo XIII, durante el reinado de Jaime I de Aragón, para ofrecernos una novela histórica bien ambientada, con una trama de intriga y misterio que nos recuerda al “Nombre de la rosa”, pero con un estilo mucho más fresco, ameno y divertido.
El autor consigue una mezcla original y entretenida que se lee de forma compulsiva, describiendo el contexto histórico, pero sin interrumpir la narración con largas reseñas históricas para demostrar su erudición, pecado en el que caen muchos de los autores de novela histórica y que termina aburriendo al lector.
La novela se sitúa en el año 1299 con el rey Jaime I de Aragón y todo su séquito dirigiéndose hacia el monasterio de San Benito, en la cordillera leridana de los Pirineos, la abadía benedictina más importante de la región que se había convertido en el primer cenobio femenino y en refugio exclusivo para religiosas.
La abadesa, doña Inés de Osona, ha solicitado la ayuda del rey porque se están produciendo una serie de asesinatos y violaciones de religiosas. El rey llega a la abadía con el propósito de no marcharse hasta “poner fin a la desgracia que se había cernido sobre el monasterio benedictino, con su rosario de violaciones y muertes inexplicables”.
En la abadía no pueden entrar hombres, solo el rey, por lo que la corte real se quedará fuera, mientras el rey se adentrará entre los muros del monasterio, quedando como el único hombre rodeado de mujeres. Cuatro serán las mujeres que, junto al rey, serán protagonistas principales de una apasionante aventura llena de intrigas, enigmas, crímenes, traiciones, celos y pasiones.
Además de la original y entretenida trama, el acierto de la novela descansa en la riqueza de los personajes. En primer lugar Jaime I, con 21 años, licencioso, mujeriego, caprichoso y déspota, pero a la vez, con un peculiar sentido de la justicia. Tiene un pasado turbulento que iremos conociendo, especialmente una dura infancia que ha marcado su carácter y que nos permitirá comprender sus impredecibles reacciones.
El rey convivirá junto a cuatro mujeres que serán claves en la narración. Por una parte, su esposa, doña Leonor de Castilla, una mujer atormentada por el abandono que sufre por parte de su marido. Cuatro meses antes el rey Jaime ha pedido la nulidad de su matrimonio y ella “necesitaba comprender los motivos de su esposo porque ella no amaba para cumplir con su deber ni había concebido el amor como un momento pasajero en su vida”. Leonor dará muestras de una ingenuidad desesperante, justificando la actitud de desprecio y abandono de su marido y desoyendo los sabios consejos de sus damas, negándose a aceptar la realidad. A pesar de que él ya no la quería, “amarlo era su destino, su vocación, su deber y su necesidad”.
Leonor le ofrecerá al rey una de sus damas para que le auxilie durante su estancia. Se trata de Violante, hija del rey de Hungría, una joven tímida e inocente que se convertirá en la acompañante inseparable del rey durante el día… y la noche.
Para la investigación del caso, el rey solicitará la ayuda de doña Constanza de Jesús, una peculiar monja que llega desde un monasterio navarro para investigar el sanguinario misterio. Constanza es conocida por su “sabiduría y experiencia en toda clase de asuntos terrenales”. La fama sobre su sagacidad, inteligencia, astucia, capacidad deductiva y claridad de juicio quedarán suficientemente contrastadas y la monja se ganará la confianza del rey. Además, con su desparpajo y su carácter desinhibido y espontáneo, protagonizará conversaciones y episodios divertidos.
Constanza deberá trabajar con total discreción para no perjudicar la fama de un monasterio que lidera con mano firme doña Inés de Osona. La abadesa había convertido el monasterio en el “centro espiritual y político de todas las villas y tierras que integraban el condado”. Además, no se conformaba con la oración sino que quería ampliar el poder y la fama del monasterio haciendo que las religiosas se dedicaran a taras como la música, la gramática, las miniaturas y los trabajos de transcripción en un Scriptorium de renombre.
Estos los personajes principales que, rodeados de otros secundarios que también resultarán claves en el desarrollo de la trama, protagonizarán una historia apasionante, en la que encontramos a una peculiar monja investigadora que tendrá que resolver el asesinato de 8 religiosas y otros episodios truculentos. El caso será cada vez más enrevesado, los protagonistas entrarán en un juego de intrigas y sospechas en el que cualquiera de ellos puede convertirse en víctima o verdugo. Conforme avanza la narración se irán desvelando los secretos y miserias que se esconden dentro de los muros de la abadía y dentro de los corazones de todos los protagonistas.
La complejidad de la investigación provocará que Constanza maneje todo tipo de conjeturas descabelladas e inverosímiles, aunque las evidencias se irán presentando de forma clara y sencilla, de tal forma que el lector puede resolver el caso antes de que se saquen las conclusiones finales. Eso sí, por muy descabelladas que sean las teorías que se presentan, “la realidad, cuando se llega a conocer, es mucho más cruel que los presentimientos, por atrevidos que se sospechen”.
La novela nos lleva de sorpresa en sorpresa, haciéndonos disfrutar con una narración que se mueve entre la parodia, el análisis y el misterio, con episodios como el protagonizado por unas monjas, en apariencia inocentes, que rezan con fervor pidiéndole a Dios sabiduría para cometer un cruel asesinato. El autor nos ofrece también un retrato de la época que le sirve para tratar temas de actualidad, concretamente una dura crítica a uno de los nacionalismos que estamos sufriendo en nuestro país.
Intriga, humor, ironía, pasiones, críticas sociales, políticas y religiosas… los ingredientes que componen este plato hacen que no podamos resistirnos a devorarlo con voracidad.
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3 comentarios:
Vaya, pues por el argumento sí que puede recordar a "El nombre de la rosa". Habrá que echarle un vistazo.
Debe estar bien por lo que cuentas del argumento y por lo que he leído por ahí después de que despertaras mi curiosidad.
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Laura.
Yo he leído de este escrito El secreto del rey cautivo....y no me gustó nada, salvo el personaje de "Sartenes" por el resto lo hubiera abandonado.
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