"La detective miope"

“La detective miope”, de Rosa Ribas (ed. Viceversa, 2010) es una novela policíaca con una protagonista que se aleja completamente de los cánones del género.

La autora, nacida en Barcelona y residente en Alemania, se ha dado a conocer en el mundo literario con las novelas protagonizadas por la comisaria Cornelia Weber-Tejedor (reseñé “Con anuncio"en este blog), pero en esta novela encontramos a una protagonista diferente, la detective Irene Ricart.

Irene acaba de salir de una clínica psiquiátrica donde ha permanecido ingresada durante 7 meses, traumatizada por el asesinato de su marido, que era policía, y su hija. Al salir de la clínica, ha perdido su anterior trabajo como detective, pero necesita con urgencia volver a su trabajo para poder encontrar al asesino que ha destrozado su vida. El shock postraumático, le ha producido una grave miopía, que la está provocando una pérdida gradual de visión que dificulta de forma extrema su misión. Irene ocultará este hecho y conseguirá un trabajo en la agencia de Detectives Marín.

El estado depresivo en el que se encontraba Irene en la clínica dio un cambio repentino cuando conoció “la teoría de los seis grados de separación”. Bajo el lema, “¿sabes que entre ti y cualquier persona en el mundo hay como mucho seis grados de separación?”, esta teoría defiende que entre todos los seres humanos que pueblan el planeta se puede establecer una relación que no tiene más de cinco intermediarios. Irene confía en que esta premisa sea efectiva también con los casos de investigación que se presentará en la agencia, por lo que, siguiendo el hilo adecuado, después de cinco casos, llegaría al asesino de su familia.

El primer caso que tendrá que investigar tiene como cliente a un mayorista de tejidos preocupado por la situación de su hijo, Jaume Peyró. Jaume tiene 25 años y será la persona que, en un futuro, se quede al frente del negocio familiar, pero se estaba comportando de forma extraña y su padre sospecha que puede estar metido en temas de drogas.

Comenzará así una investigación que nos llevará por el mundo de la pornografía y las drogas, en un caso que se irá relacionando con los siguientes que tenga que investigar a través de un hilo que podría llevarla ante el asesino que busca con tanta desesperación.

Irena usará toda su experiencia como detective ya que se ha pasado media vida observando a la gente y sacando conclusiones con un único objetivo, encontrar al asesino de su marido y su hija. Los casos que se le presentan será sólo una excusa para poder seguir “la teoría de los seis grados”.

Estamos ante una protagonista peculiar, Irene no es una defensora de la justicia, en contraste con otro personaje, compañero de la agencia, que se convertirá en su contrapunto. Los casos nos presentarán a personas con vidas rotas, metidas en asuntos turbios, con dobles vidas y, en algunos casos, buscando redención.

Chantajes, crímenes, engaños, etc, son muchos los frentes abiertos en una historia que se desarrolla de forma convincente, con un tono irónico, fresco y divertido a la vez que emotivo por la situación que sufre la protagonista.

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