“El lado oscuro”, de Frank Schätzing (ed. Booket, 2010), es un trepidante thriller del autor de “El quinto día”, que nos desvela las miserias del guerra de Irak y el lado oscuro de la naturaleza del ser humano.
Comienza en Kwait, en el año 1991. El ejército iraquí se encuentra derrotado, desmoralizado y consumido de hambre y sed. A la desesperada, Saddam quema los pozos de petróleo provocando una “lucha por la supervivencia ecológica”. En medio del caos, tres mercenarios encuentran tres cofres con miles de diamantes en los restos de un convoy atacado desde el aire. Ante la imposibilidad de llevárselos y pasar la frontera sin ser descubiertos, deciden esconderlos en una zona rocosa y volver a buscarlos cuando termine la guerra y todo esté más tranquilo. Todo parece marchar a la perfección, pero uno de ellos tiene una premonición: “sintió que un terrible desastre se cernía sobre ellos, y se preguntó si él y sus compañeros no habrían firmado hacía rato su sentencia de muerte”.
Sus previsiones se cumplen cuando son atacados por un caza iraquí. Uno de los mercenarios es alcanzado y le dejan abandonado en el desierto. Un compañero cree que está muerto, el otro sabe que sólo está herido, aunque sabe que está grave y no sobrevivirá para contar la traición…
Ocho años después, la acción se traslada a Colonia. El comisario Menemenci investiga el asesinato de un turco dueño de una verdulería. El hombre ha sido torturado salvajemente antes de morir. Por su parte, la detective Vera Gemini, de 38 años, recibe un encargo de un misterioso cliente que le pide que encuentre a un mercenario que desapareció hace años. El cliente no ofrece ningún dato sobre su propia identidad y sólo responde de forma enigmática ante la pregunta de por qué quiere encontrarlo, “antes de que él me encuentre a mí”.
Vera solicita la ayuda de Thomas Roth, que fue su compañero en la policía forense hasta que ella dejó el servicio y fundó una agencia de detectives. Es la única persona en la que confía. Roth descubre que el hombre que su amiga busca está relacionado con el que han asesinado. Esta relación provocará una fuerte tensión entre Vera y la policía, además de introducir a la detective en una peligrosa investigación en la que se adentrará en una historia del pasado, concretamente en el desierto de Kwait, cuyas ramificaciones llegan hasta el presente.
La investigación nos permitirá descubrir los intereses ocultos detrás de la primera guerra de Irak, conoceremos los detalles sobre la organización de la Legión Extrajera, cómo funciona, quiénes la forman y su extraño código de honor. También se desvelará la existencia de empresas de mercenarios, con diferentes especialistas, “expertos en sabotaje, francotiradores, paramilitares, técnicos en aviación y en informática, buzos de combate, o expertos en logística” que forman un ejército paralelo que lleva a cabo una guerra sucia y amoral consentida y promovida por los ejércitos occidentales.
La novela destaca también por la complejidad de sus personajes, especialmente la detective Vera y comisario Menemenci. Vera, de 38 años, es una mujer solitaria, irascible, obsesionada con la alta tecnología hasta el punto de colaborar con el Departamento de Desarrollo de IBM probando prototipos. Se muestra hastiada y frustrada por sus relaciones con los hombres, lo que se demuestra en sus dificultades para que sus ayudantes masculinos duren más de unas cuantas semanas a sus órdenes. Iremos descubriendo que ha pasado por momentos complicados y malos de los que ha ido recuperándose.
Menemenci, de 52 años, es también un personaje peculiar, lleno de talento y creatividad, “constantemente se movía en el ámbito de lo potencial, pensando en escenarios e hipótesis, por muy vagos que éstos fueron. Hasta que no sabía lo que había movido a los asesinos, se sentía en la obligación de suponerlo”. Se obsesionaba por desentrañar la mente del criminal y sus motivaciones y se involucraba hasta el límite a nivel emocional con víctimas y verdugos. El caso que investiga le atormentará con preguntas que necesitará contestar, “¿por qué un monstruo era un monstruo?, ¿cómo podía entendérsele, cómo se podía pronosticar su comportamiento?, ¿qué lo había llevado a cometer ese crimen? y ¿qué había hecho su víctima para hacerle cometer ese crimen?”.
Por la novela desfilarán personajes con vidas rotas, vacías, destacando los protagonistas que tienen que enfrentarse a sus miedos, temores y fantasmas que les acosan, en un juego de mentiras, avaricia, venganza y engaños con un peligroso torturador acechando en la sombra.
Sus previsiones se cumplen cuando son atacados por un caza iraquí. Uno de los mercenarios es alcanzado y le dejan abandonado en el desierto. Un compañero cree que está muerto, el otro sabe que sólo está herido, aunque sabe que está grave y no sobrevivirá para contar la traición…
Ocho años después, la acción se traslada a Colonia. El comisario Menemenci investiga el asesinato de un turco dueño de una verdulería. El hombre ha sido torturado salvajemente antes de morir. Por su parte, la detective Vera Gemini, de 38 años, recibe un encargo de un misterioso cliente que le pide que encuentre a un mercenario que desapareció hace años. El cliente no ofrece ningún dato sobre su propia identidad y sólo responde de forma enigmática ante la pregunta de por qué quiere encontrarlo, “antes de que él me encuentre a mí”.
Vera solicita la ayuda de Thomas Roth, que fue su compañero en la policía forense hasta que ella dejó el servicio y fundó una agencia de detectives. Es la única persona en la que confía. Roth descubre que el hombre que su amiga busca está relacionado con el que han asesinado. Esta relación provocará una fuerte tensión entre Vera y la policía, además de introducir a la detective en una peligrosa investigación en la que se adentrará en una historia del pasado, concretamente en el desierto de Kwait, cuyas ramificaciones llegan hasta el presente.
La investigación nos permitirá descubrir los intereses ocultos detrás de la primera guerra de Irak, conoceremos los detalles sobre la organización de la Legión Extrajera, cómo funciona, quiénes la forman y su extraño código de honor. También se desvelará la existencia de empresas de mercenarios, con diferentes especialistas, “expertos en sabotaje, francotiradores, paramilitares, técnicos en aviación y en informática, buzos de combate, o expertos en logística” que forman un ejército paralelo que lleva a cabo una guerra sucia y amoral consentida y promovida por los ejércitos occidentales.
La novela destaca también por la complejidad de sus personajes, especialmente la detective Vera y comisario Menemenci. Vera, de 38 años, es una mujer solitaria, irascible, obsesionada con la alta tecnología hasta el punto de colaborar con el Departamento de Desarrollo de IBM probando prototipos. Se muestra hastiada y frustrada por sus relaciones con los hombres, lo que se demuestra en sus dificultades para que sus ayudantes masculinos duren más de unas cuantas semanas a sus órdenes. Iremos descubriendo que ha pasado por momentos complicados y malos de los que ha ido recuperándose.
Menemenci, de 52 años, es también un personaje peculiar, lleno de talento y creatividad, “constantemente se movía en el ámbito de lo potencial, pensando en escenarios e hipótesis, por muy vagos que éstos fueron. Hasta que no sabía lo que había movido a los asesinos, se sentía en la obligación de suponerlo”. Se obsesionaba por desentrañar la mente del criminal y sus motivaciones y se involucraba hasta el límite a nivel emocional con víctimas y verdugos. El caso que investiga le atormentará con preguntas que necesitará contestar, “¿por qué un monstruo era un monstruo?, ¿cómo podía entendérsele, cómo se podía pronosticar su comportamiento?, ¿qué lo había llevado a cometer ese crimen? y ¿qué había hecho su víctima para hacerle cometer ese crimen?”.
Por la novela desfilarán personajes con vidas rotas, vacías, destacando los protagonistas que tienen que enfrentarse a sus miedos, temores y fantasmas que les acosan, en un juego de mentiras, avaricia, venganza y engaños con un peligroso torturador acechando en la sombra.
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