miércoles, 2 de junio de 2010

"La biblioteca de los muertos"

¿Qué harías si supieses cuando vas a morir?

¿El caos y el azar gobiernan el mundo o hay un plan maestro?

¿Existe el libre albedrío?

Estas preguntas son afrontadas por Glenn Cooper en su novela “La biblioteca de los muertos” (ed. Grijalbo, 2010), un thriller histórico con una trama apasionante, una de esas historias que se devoran en un suspiro.

El argumento resulta muy original, algo que se agradece en un género saturado de títulos que resultan copias casi idénticas en su contenido. En este caso, la historia se desarrolla en tres épocas diferentes.

Acercándonos en orden cronológico, aunque no es el orden del libro, nos situamos en Britannia, el 6 de julio de 777. El prior Josephus amaba a Dios y estaba unido con fuertes lazos de hermandad al resto de miembros de la Abadía de Vectis. Se sentía afortunado porque a sus 44 años, llevaba casi 30 al servicio de su Dios y su comunidad. Conocedor de la importancia del número 7 en la Biblia, espera con inquietud la llegada del día siguiente, el 7 del mes 7 del año 777; su preocupación era mayor al conocer que este día coincidiría con la llegada del Cometa Luctus, al que ya habían denominado el Cometa de las Lamentaciones y que se presenta como un mal augurio. Para aumentar los problemas, ese día nacerá un niño, Octavus, el séptimo hijo engendrado por un séptimo hijo, algo que se consideraba una maldición. Los sucesos trágicos que acontecerán durante el parto añadirán misterio a la figura del niño.

Con 5 años, el padre de Octavus, le lleva a la abadía para que se quede a su cuidado. Pronto comienza a mostrar unas misteriosas capacidades, que creen que puede ser “un testamento del poder y la omnisciencia del Creador”, pero será un poder que creará serías dudas en Josephus, ¿será un don o una bendición? ¿Es un instrumento de Dios o del demonio? El niño, a las órdenes de Josephus, comenzará en el scriptorum de la abadía un trabajo misterioso en cuyas manos está el destino de los hombres.

La acción nos sitúa también en el año 1947, con dos protagonistas excepcionales, Churchill y Truman. El político inglés, ya en la oposición, recibe una petición de ayuda por parte de su gobierno. Le piden colaborar con Estados Unidos en la gestión de un descubrimiento arqueológico que contenía un secreto que, si fuese desvelado, hundiría en la miseria y el caos a un país que todavía estaba despertando de su peor pesadilla. Por su parte, Truman se encuentra metido en la difícil tarea de gobernar una superpotencia en un mundo caótico cuando se encuentra con algo fuera de este mundo, una revelación increíble, sobrenatural y sorprendente.

Finalmente, llegamos al año 2009, en Nueva York con Will Piper, agente especial del FBI.Con 48 años, se encuentra en un declive tanto a nivel personal como profesional, “ya había conocido suficiente lucha y ambición, suficiente política de despacho, suficientes asesinatos y muertes”. Lleva años sin fuego, sin ambición, sólo espera la llegada de la jubilación, para la que quedaban sólo 14 meses. De forma imprevista, le ofrecen liderar la investigación del caso “Juicio Final”, que se había convertido en el caso más difícil del departamento. El anterior investigación ha sufrido un ataque repentino y Will se verá obligado a aceptarlo por obligación y a regañadientes y tendrá que demostrar por qué es considerado uno de los mejores expertos en asesinos en serie de la historia reciente del FBI. Contará con la ayuda de su compañera Nancy, una joven que lleva tres años como agente y es el contrapunto de Will “imbuida de ferviente ambición y rectitud en el obrar”.

El caso “Juicio Final” estaba resultando de lo más peculiar y macabro. Habían asesinado a 8 personas, todas recibían una postal, con una fecha de uno o dos días más tarde, cada una con un ataúd dibujado en el dorso. Todas fueron asesinadas en la fecha que señalaba la postal. Cada asesinato era diferente, sin relación entre las víctimas. Will comenzará una investigación fascinante, sin sospechar que las claves del caso se remontan a una reunión de antiguos compañeros de universidad celebrada unos meses atrás.

A lo largo de la novela encontraremos revelaciones sorprendentes, con el Área 51 como protagonista y un extraño personaje que posee un mente privilegiada y una doble personalidad, por una parte un experto en informático al servicio del gobierno y por otra un escritor de guiones, jugador y vividor. Pero, la gran pregunta es ¿qué se esconde en la cripta del Área 51 y qué relación tienen con los sucesos ocurridos en el S. VIII y con el asesino del juicio final?

Las tres tramas culminarán en un final impactante que no deja indiferente y que nos debe llevar a reflexionar sobre cómo afrontamos nuestro futuro, porque hay un día señalado para cada uno de nosotros…

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5 comentarios:

Rubén Torres de Mesa dijo...

Una gran novela. La recomiendo. Te engancha desde el principio con esas tramas mencionadas. Tiene todos los ingredientes para, como dices, leerla en un suspiro. No viene a ser un bestseller convencional. Me pareció estar paseando junto los monjes a través de los pasillos de la abadía de Vectis. Los flashbacks están muy conseguidos.

Anónimo dijo...

Hay una pifia histórica absolutamente mundial: Juan de Madrid, ¡nacido en el siglo VIII!
El autor tiene alguna otra inconsistencia histórica: no es posible que los monjes del siglo VIII identifiquen un texto como escrito en portugués, ya que Portugal empezó a existir allá por el siglo XII.
En esa misma página de Juan de Madrid aparece un nombre en alfabeto cirílico (creo recordar que dice Simeón). S. Cirilo y S. Metodio, que según la tradición generaron para las lenguas eslavas un alfabeto basado en el griego, nacieron entre 815 y 830. Hay que ver con el pelirrojo, escribía cirílico antes de nacer los inventores!

Anónimo dijo...

Es que no han entendido. Ellos escribieron el Juan de Madrid antes de que se llamara como tal a esa ciudad, pero no estaban describiendo la muerte o nacimiento del tal Juan en ese año, sino después.

David Gom. dijo...

Muy buen libro, al principio me lie con los personajes pero luego va como la seda
Es como una buena película

Anónimo dijo...

Una gran novela, me acabo de leer la segunda parte "EL LIBRO DE LAS ALMAS" y es mas buena que la primera, me ha costado tres dias, no dejeis de leerlo.