El protagonista de la novela es Peter Brown, medico residente de un hospital de Manhattan, antiguo asesino mafioso que lleva ocho años en el programa de protección de testigos del FBI. Peter ha aprovechado esos años para estudiar medicina y pasar de asesinar vidas a salvarlas o, por lo menos, intentarlo, aunque para ello tenga que usar métodos poco convencionales.
Peter se encuentra con un paciente que resulta ser un mafioso que le reconoce. El mafioso tiene cáncer y va a ser operado a vida o muerte. Le ofrece a Peter un trato surrealista, el médico debe velar por su salud y, si sobrevive a la operación, no le delatará; pero si muere ha dado órdenes para que informen a la Mafia de su nueva identidad ya que hay una persona muy interesada en ajustar cuentas en él.
El encuentro de Peter con este mafioso le hace recordar una época que ha intentado olvidar y reconstruye su violento pasado, cuya historia se irá intercalando en la narración. De esta forma conoceremos las causas que le llevaron a ingresar en la Mafia y su peregrinaje por la organización, una época alocada, desenfrenada y amoral. Asistiremos a un relato duro y cruel de las actividades de un mundo miserable y ruin.
El libro tiene un tono fresco y divertido, está plagado de situaciones surrealistas y diálogos absurdos, con un protagonista cínico y deslenguado. El autor incluye episodios demasiado soeces y un lenguaje grosero en exceso que se podía haber ahorrado perfectamente sin dejar por ello de ser una novela atrevida y provocadora. Aún así, el tono desenfadado del libro no impide que asistamos a una crítica acertada de la sociedad en general, con reflexiones como “estamos hechos para el pensamiento y la civilización. Y en el fondo sólo queremos ser asesinos”. El sistema sanitario estadounidense aparece representado con un hospital cuyo funcionamiento resulta estremecedor con negligencias, desidia, trato inhumano de los pacientes, falta de personal, etc. La descripción de la sala de lujo del Hospital resulta ilustradora: “intenta parecerse a un hotel. Aunque si fuese un hotel de verdad, habría mejor atención médica”. El hecho de que el autor sea médico y escribiese la novela en su período de prácticas no deja de ser aterrador a pesar de que él niegue cualquier parecido con la realidad.
Con un estilo sin adornos ni florituras y con un lenguaje directo y mordaz, el autor se adentra también en terrenos tan delicados como el holocausto, con un alegato contra el antisemitismo y unas increíbles e indignantes revelaciones sobre la relación entre empresas actuales y Auschwitz. El autor también dedica duras críticas al sistema judicial americano, señalando los graves errores que se cometen y con la afirmación de que en Estados Unidos “hay ciento cincuenta veces más posibilidades de ser detenido de que te atraquen por la calle”.
Por encima de todo destaca el protagonista, un personaje difícil de catalogar, con unas curiosas capacidades y una frialdad que estremece pero que termina hasta produciéndonos cierta simpatía al entender su pasado, la necesidad de cariño y las carencias afectivas sufridas desde su infancia. Además, asistiremos a una historia de amor por la que estará dispuesto a sacrificarlo todo.
“Burlando a la parca” es una novela inclasificable, desmesurada tanto en lo positivo como en lo negativo, y con un protagonista que nos hará reír y estremecernos, y nos ayudará a comprobar lo inútil de la violencia ya que “Asesinar mata algo en tu interior” y cómo la venganza no conduce a nada, sólo produce más vacío en el corazón.
(Reseña publicada en MujerdeHoy).
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