Una novela de “capa y espada” del autor considerado “El Alejandro Dumas del siglo XXI”.
Si quieres disfrutar este verano de una novela que mezcla aventuras, suspense, historia e investigación criminal no te pierdas “Los fulares rojos” de Fréderic H. Fajardie (ed. Edhasa, 2003).
La historia se sitúa en Francia a mediados del siglo XVII, durante la minoría de edad de Luís XIV. El partido de la Fronda se levanta en armas contra el primer ministro, el cardenal Mazzarino y la corte tiene que huir de París. Al mismo tiempo que la ciudad vive convulsionada por la revuelta política, aparece un asesino en serie al que apodan “El Desollador”, un criminal implacable que tortura hasta la muerte a bellas jóvenes parisinas.
La novela tiene cinco protagonistas que articulan la narración. El cardenal Giulio Mazzarino es el sucesor de Richelieu y su objetivo es mantener el reino al mismo nivel al que lo había elevado su predecesor y hacer de Luís XIX un gran rey. La Fronda quiere asesinarle, pero es salvado en el último momento por el conde Nissac. A partir de este momento todas sus esperanzas están puestas en este conde, el protagonista principal de la historia.
Loup de Pomonne, conde Nissac, es teniente general de artillería, un héroe de guerra de alta alcurnia. Tiene uno sólidos principios, “hombre de guerra, de sangre y de frío, no entendía nada de las costumbres de los pueblos, de jerarquías fundadas en algo que no fuera el valor, el honor o la inteligencia, todos ellos valores que apreciaba en igual ardor”. Su propósito “satisfacer las exigencias del honor y el gusto por la justicia”. Cuando la corte huye de París el cardenal le pide que se quede y “sea sus ojos, sus oídos y su espada”. Su misión es sabotear los planes de la Fronda y descubrir la identidad del Desollador y comprobar si pertenece a ese partido. Para la primera misión creará el grupo de “Los fulares rojos”, formado por “siete espadas” de diversos orígenes que cubren su rostro con un fular para infundir respeto y temor. Para la segunda, contará con la colaboración de Jerome de Galand, teniente de la policía criminal, fiel a la corona. Es el creador de la policía moderna y del espionaje del futuro. Se introduce en la mente del asesino para intentar adelantarse a sus movimientos. Sus métodos de investigación son novedosos y adelantados a su tiempo.
El cuarto protagonistas es “El Desollador”, un psicópata cuyo único móvil es el deseo de poseer, dominar, humillar, de matar y desollar a las mujeres (para mi gusto el autor se recrea demasiado en la morbosidad de los asesinatos). “El Desollador” está obsesionado con encontrar a una joven que sirvió de modelo para una estatuilla. Mientras organiza una búsqueda generalizada de esa mujer, sus métodos se vuelven cada vez más crueles y violentos.
Finalmente encontramos a Mathilde de Santheuil, la mujer más bella de París, recta, inteligente y leal. Es la figura clave de toda la trama y conseguirá turbar el corazón de Nissac como nunca antes nadie lo había hecho.
Los cinco personajes, junto a otros muchos que aparecen por las páginas de la novela, protagonizan una historia electrizante que se lee de un tirón. Si te digo que la novela es una mezcla entre “Los tres mosqueteros” , "Alatriste" y "CSI" podría parecerte una locura o algo absurdo, pero estoy seguro de que la lectura del libro te convencerá de lo contrario.
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