Un homenaje a la novela policíaca

Getxo, año 1935. “Dos gemelos sufren un atentado para acabar con sus vidas, el asesino tiene éxito al 50 por ciento, un gemelo sobrevive y el otro no” Desde ese momento, “el que sobrevive se convierte en un asesinado en condiciones de contar quién le asesinó, un cadáver hablante”.

Buen argumento para una novela ¿verdad? Lo mismo pensó Sancho Bordaberri, protagonista de “Sólo un muerto más” de Ramiro Pinilla (ed. Tusquets, 2009), una novela que se convierte en un homenaje al género policíaco.

Sancho tuvo un golpe de suerte cuando tenía 15 años. Los inquilinos del piso de su tío dejaron 4 baúles ¡¡¡¡con cientos de libros!!!! Gracias a estos libros Sancho se convirtió en un Mamífero-Devorador de Libros, apasionado por la novela policíaca y, concretamente, por Chandler y Hammet (por cierto, no comparto la opinión que el protagonista tiene sobre la obra de Ágatha Christie). Estos baúles serán también el origen de la librería que Sancho abre en Getxo.

Como suele ocurrir, su pasión por los libros se traslada a la escritura, y Sancho escribe 16 novelas policíacas con un protagonista, el investigador privado Samuel Esparta (en homenaje a su admirado Sam Spade). Las novelas son devueltas por las editoriales dejando a Sancho frustrado y dispuesto a dejar de escribir al comprobar que su imaginación se ha secado. Pero al recordar el caso de los gemelos ocurrido diez antes en Getxo su mente traza un plan que considera perfecto.

El caso fue dejado en el olvido por el inicio de la guerra civil, pero Sancho decide iniciar una investigación para descubrir al asesino. Esta investigación será la trama de la novela que va a escribir por lo que asume la identidad de su personaje protagonista, Samuel Esparta. Ataviado con traje, corbata, gabardina y sombrero americano, Sancho, mejor dicho, Samuel, comienza a reconstruir los hechos, interrogando a todos los testigos y con una amenaza latente, el asesino sigue suelto y puede volver a actuar. Sancho puede convertirse en protagonista de la novela que está escribiendo, pero no como investigador, sino como cadáver.

La novela se convierte en un homenaje a la literatura, no sólo del género policíaco. La trama es un juego original en el que se mezcla realidad y ficción, produciéndose situaciones surrealistas y divertidas, como las protagonizadas por Luciano, el falangista.

El protagonista intenta paliar su falta de imaginación con una historia que no tiene que inventar ya que está escrita, él únicamente tiene que plasmarla sobre el papel y, eso sí, descubrir al asesino para que la historia tenga un final. Pero todo se complica y, para conseguir seguir adelante, contará con su ayudante Koldobike, una mujer que aporta cordura y que le ayuda cuando aparecen los obstáculos.

Sancho Bordaberri es el protagonista de un original combate entre la literatura y la realidad ¿quién saldrá vencedor? No puedo desvelarte el desenlace, pero si te puedo adelantar que hay un vencedor seguro: ¡¡¡El lector!!!

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