¿Te lo crees? Bueno, ahora es fácil contestar porque sabemos que la noticia es falsa pero, ¿qué habrías hecho en aquella época?, ¿habrías esperado una llamada para entrar en el Arca? Bueno, en ese caso no habrías sido un crédulo, sino un creído.
¿Piensas que es imposible creerse algo así? ¿Seguro?...
No te pierdas este libro escrito por el periodista Santiago Camacho “20 grandes fraudes de la historia” (editorial Edaf, 2008).
Te vas a sorprender con los engaños que han salpicado nuestra historia, algunos de ellos muy recientes…
El mundo del arte tiene especial protagonismo con las andanzas de los falsificadores Alceo Dossena y Elmyr de Hory, cuyas vidas superan el mejor guión de cine.
Especialmente interesantes son los fraudes relacionados con el mundo de la radio y la televisión. La histeria colectiva se vio alimentada por programas como el mencionado “Alternativa 3” y falsas emisiones de radio en las que se anunciaba una revuelta anarquista en el Reino Unido en 1926 y una invasión extraterrestre, en la ya conocida emisión de Orson Wells en el año 1938. Pero recientemente se han producido nuevos intentos de fraude como la filmación de la autopsia de un extraterrestre emitida en el año 1995.
Estos hechos nos demuestran cómo se puede manipular la opinión pública para intereses oscuros. En algunos casos estos fraudes justificaron la entrada de países en guerra, como lo que se relata sobre la antigua Roma, el hundimiento del Maine, el ataque de Pearl Harbor y algún suceso más actual.
Otros fraudes son más inocentes, incluso cómicos. Una mujer en la Inglaterra del siglo XVIII que da a luz conejos y consigue engañar al mismo rey Jorge I. Un personaje de película llamado Reichenbach, cuyas campañas de marketing para promocionar películas como Tarzan y Ben-Hur superaron cualquier límite imaginable. Y otros relacionados con el mundo sobrenatural, como “Las endemoniadas de Loudun” y “Las hadas de Cottingley”, donde personajes tan distinguidos como Sir Arthur Conan Doyle fueron engañados. Por supuesto, también aparece "Bigfoot" con sus fotografías y filmaciones sospechosas a la vez que inquietantes.
Otros fraudes son más inocentes, incluso cómicos. Una mujer en la Inglaterra del siglo XVIII que da a luz conejos y consigue engañar al mismo rey Jorge I. Un personaje de película llamado Reichenbach, cuyas campañas de marketing para promocionar películas como Tarzan y Ben-Hur superaron cualquier límite imaginable. Y otros relacionados con el mundo sobrenatural, como “Las endemoniadas de Loudun” y “Las hadas de Cottingley”, donde personajes tan distinguidos como Sir Arthur Conan Doyle fueron engañados. Por supuesto, también aparece "Bigfoot" con sus fotografías y filmaciones sospechosas a la vez que inquietantes.
Pero quiero detenerme en dos fraudes más significativos y preocupantes. El primero es “El hombre de Pitdown”, el supuesto eslabón perdido encontrado en el año 1912, cuyo engaño duró más de 40 años y que demostró cómo la comunidad científica está dispuesta a todo con tal de demostrar la veracidad de la teoría de la evolución.
Poco tiempo antes había ocurrido algo parecido con “El hombre de Java”, cuyo descubridor fue calificado de esta forma: “Dubois fue un idealista, mantenía tan firmemente sus ideas que su mente tendía a alterar los hechos en lugar de alterar sus ideas para que encajaran con la realidad”.
Sólo hace falta echar un vistazo a las publicaciones de hoy y ver las conclusiones que se sacan de pequeños e insignificantes restos arqueológicos a la vez que se silencian descubrimientos comprometedores para los evolucionistas, para comprobar que muchos científicos en la actualidad siguen teniendo la misma actitud.
El otro fraude es “Los protocolos de los sabios de Sión”, un libro del siglo XIX que describe un supuesto plan de los judíos para gobernar el mundo.
Aunque está demostrado sobradamente que es un fraude, muchos en la actualidad siguen creyendo que es real, alimentando así el antisemitismo fuertemente arraigado en la sociedad y que ha llevado a barbaridades como el Holocausto.
"20 grandes fraudes de la historia" es un libro muy entretenido, en algunos casos divertido, en otros escalofriante, pero que nos demuestra la maldad del corazón del hombre, dispuesto a cualquier engaño y fraude con tal de satisfacer sus intereses personales.
También nos muestra la debilidad del ciudadano de a pie, expuesto a la manipulación de los gobiernos y los medios de comunicación. Después de leer este libro nos podemos preguntar... ¿cuánto hay de fraude en la información que nos llega? O, siendo realistas… ¿hay algo de verdad en lo que nos cuentan?...
El autor comienza el libro con un proverbio árabe: “La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”.
También nos muestra la debilidad del ciudadano de a pie, expuesto a la manipulación de los gobiernos y los medios de comunicación. Después de leer este libro nos podemos preguntar... ¿cuánto hay de fraude en la información que nos llega? O, siendo realistas… ¿hay algo de verdad en lo que nos cuentan?...
El autor comienza el libro con un proverbio árabe: “La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”.
Para evitarlo, lo mejor es seguir lo que el apóstol Pablo dejó escrito en su 1ª Carta a los Tesalonicenses, capítulo 5, versículo 21: "Examinadlo todo; retened lo bueno".
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1 comentario:
Estos temas conspiracionistas me interesan...
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