El hombre nuevo de Grigore Dumitrescu (Omen Ediciones, 2024) es una obra esencial para la memoria histórica.
El hombre nuevo es más que un relato de supervivencia; es una advertencia contra el olvido. Ofrece una visión única sobre los horrores que se pueden desatar bajo dogmas totalitarios y es indispensable para historiadores, politólogos, amantes de la historia y cualquier lector interesado en los capítulos más oscuros del siglo XX.
Entre 1949 y 1952, Rumanía se vio sumida en el horror de la primera oleada de represión comunista. Miles de personas, desde la élite hasta el ciudadano común, fueron víctimas de encarcelamientos, deportaciones, torturas y asesinatos en nombre de la «dictadura del proletariado». En el mapa del gulag rumano, el centro penitenciario de Piteşti ocupa un lugar especialmente siniestro. Sus reclusos, muchos de ellos jóvenes estudiantes, fueron sometidos a un monstruoso experimento de «reeducación» a través de la «autocrítica radical» y la tortura recíproca.
El objetivo no era otro que convertirlos en una masa informe e infrahumana, materia prima para modelar al «hombre nuevo», un clon poshistórico al servicio de la distopía comunista. Cada víctima se convertía en verdugo, en un macabro juego donde nadie podía escapar de la culpa. El hombre nuevo es el primer testimonio de una de las víctimas de Piteşti, una desgarradora historia de supervivencia que a la vez sirve como llamada a la reflexión y a la memoria: un recordatorio imperecedero de las atrocidades que puede cometer la humanidad cuando se ve arrastrada por dogmas totalitarios.
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