jueves, 9 de junio de 2022

El censor de Shakespeare

 En El censor de Shakespeare (Espasa, 2022) Federico Trillo-Figueroa desgrana, con maestría, certeras dosis de intriga y rigor histórico,  las claves de la obra de Shakespeare y las zozobras políticas y espirituales de una época crucial en la historia de las religiones, de la geopolítica, que enfrentó a Inglaterra y España, a católicos y anglicanos, a jesuitas y dominicos, en los umbrales de la Edad Moderna.

El personaje de Shakespeare suscita atención por sí mismo y tanto la persecución del catolicismo por la iglesia anglicana como la historia de las pugnas entre Inglaterra y España también resultan atractivas para un público mayoritario.

Situar un drama humano en medio de una situación histórica relevante siempre ha sido positivo (en Guerra y paz, por ejemplo). Al mismo tiempo es una novela histórica con un trasfondo literario, en concreto la obra de Shakespeare.

Se hace evidente que el autor novela una materia que conoce bien y para la que se ha documentado a conciencia, en la que da rienda suelta a una especie de crítica literaria sobre la obra shakespeareana. Está bien escrita y estructurada.

¿Resurgirá Shakespeare cual ave fénix?

Valladolid, 1624, Seminario para ingleses de San Albano. Monseñor William Sankey, jesuita censor de la Inquisición, llega con una misión: decidir si incluye en el Índice de libros prohibidos un volumen que se halla en la biblioteca del seminario: la edición infolio que reúne póstumamente treinta y seis de los dramas escritos por William Shakespeare.

La tarea plantea a Sankey un difícil dilema moral, pues William fue su amigo íntimo, su alma gemela. Ambos habían nacido en Stratford-upon-Avon en abril de 1564 bajo el signo de Tauro —ambiciosos y leales— y el de la vieja fe católica en un tiempo de prohibición de su culto, persecuciones y ejecuciones, que no acabarían con la llamada Paz de Londres en 1604, sino que resurgirían con la Conspiración de la Pólvora y se arrastrarían hasta la Guerra de los Treinta Años. A lo largo de sus vidas paralelas se quisieron y se enfrentaron tras compartir los peligrosos acontecimientos históricos de la época junto a los personajes más importantes, tanto ingleses —Francis Bacon, Walter Raleigh, los condes de Southampton y Essex, los Cecil— como españoles —Antonio Pérez, el duque de Lerma, el conde de Gondomar—.

Todo lo que compartieron y todo lo que los separó asaltan el juicio de Sankey, que, al enfrentarse a la obra del amigo, hará memoria de sus vidas paralelas para determinar si, como el ave fénix, William Shakespeare merece resurgir, eternamente, de sus cenizas.

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