“En la cocina hay que saber sumar dividiendo, sin restar, para finalmente multiplicar” (Carlos Arguiñano)
En este blog conocemos la relación entre cocina y libros, algo que todos los “Mamíferos devoradores de libros” sabemos apreciar. Pero ¿qué tienen que ver la cocina y las matemáticas? Pues mucho, y si no te lo crees, Mateschef, de Claudi Alsina (ed. Ariel, 2015) te lo va a demostrar de forma sorprendente, en un libro con el que aprenderemos matemáticas cocinando o a cocinar calculando. “Un sofrito de números y formas para chefs y gourmets” al que resultará imposible no hincarle el diente después de leer la mezcla de ingredientes que el autor ha preparado con un gusto exquisito.
Claudi Alsina es catedrático de Matemáticas en la Universidad Politécnica de Catalunya. Ha realizado una amplia labor de investigación matemática, de innovación educativa y de divulgación, tanto a nivel nacional como internacional. Autor de numerosas obras de popularización de las matemáticas, es un reconocido escritor y conferenciante. En Ariel ha publicado Asesinatos matemáticos, Los asesinos matemáticos atacan de nuevo, Vitaminas matemáticas, El club de la hipotenusa y Geometría para turistas.
En Mateschef ha contado con la colaboración y las recetas de Cristina Macía, popular en España por ser la traductora de Juego de Tronos, es, además, una consumada escritora de libros gastronómicos. Tiene en su bibliografía una docena de libros de cocina, entre los que destacan Cocinar para uno mismo, Cocina de olores y Cocina para llevar.
Juntos han creado una obra deliciosa, apta para todos los paladares y lista para ser degustada sorbo a sorbo, sin prisas. El propósito del libro no es otro que “hacer visible cómo en los fogones hay unos números que exigen respeto, unas medidas y unos cálculos imprescindibles, una geometría de los alimentos, unas formas especiales de los instrumentos de cocina al servicio de facilitar las labores culinarias, un racional diseño para servir bebidas, un orden perfecto en el ritual de servir la mesa…”. Y en pocas páginas el autor consigue demostrar que no se ha marcado un propósito pretencioso y que éste va ser cumplido con creces para satisfacción del lector.
En primer lugar, estamos ante un libro que nos invita a detenernos, observar y pensar. Vivimos tan rápido que perdemos de vista los pequeños detalles que envuelven nuestra vida y resultan parte fundamental de nuestra existencia, sin que reparemos en ellos. Gracias a la pericia del autor conseguiremos descubrir cómo las matemáticas gobiernan nuestra cocina y nuestra mesa, permitiendo que podamos disfrutar de un buen plato de comida, de una deliciosa bebida o de un apetitoso trozo de tarta, cortado en su justa proporción.
Mateschef nos abre los ojos para descubrir los números en cada uno de los pasos que se dan en la cocina, en las cantidades, las temperaturas, los precios de los alimentos o los volúmenes. Son parte fundamental para conseguir las medidas justas, calcular los ingredientes justos, distribuir las raciones de forma proporcionada o alcanzar el punto perfecto de cocinado.
Mientras preparamos cada plato, la geometría se hace patente en las formas de los objetos, en los ingredientes, encontramos reglas de tres, sumas y porcentajes, mientras degustamos platos de pasta, carne, quesos, postres, bebidas o simplemente al intentar conseguir el huevo frito perfecto.
Unos cálculos matemáticos que no solo nos van a permitir triunfar en la cocina, también nos van a permitir ahorrar, en ingredientes y en energía. Y esto si de microeconomía hablamos, más sorprendente resulta comprobar que algo tan sencillo como dividir pasteles o pizzas de forma justa ha dado pie a teorías con grandes aplicaciones en economía.
Y si este menú no nos parece suficiente, el libro nos ofrece también curiosidades, anécdotas, episodios históricos y mitos desmontados, que se van alternando con los trucos culinarios y las sorprendentes recetas, mientras se van desvelando apasionantes enigmas como:
¿Qué teorema está asociado a un sándwich de jamón?
¿Qué relación hay entre Gaudí y las patatas Pringles?
¿Por qué el teorema de Pitágoras justifica que no haya ollas con tapa cuadrada?
¿Cuáles son las reglas de oro para servir bien una mesa y distribuir a los comensales?
¿Por qué a Arquímedes le gustarían hoy los gin-tonics?
Y quiero terminar con un deseo del autor que, en mi caso, se ha cumplido de forma satisfactoria: “Que las páginas de este libro sirvan para disfrutar de la vida y en particular del noble arte de cocinar y del apetitoso acto de comer bien. ¡Buen apetito y buena digestión! Que la geometría, los números y la imaginación nos acompañen”
Puedes comprar el libro en Popular Libros.
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