Una pequeña ciudad en la que año tras año desaparecen decenas de personas sin dejar rastro.
El lugar para el crimen perfecto.
¡Bienvenido a tu crucero!
Esta es la original y turbadora bienvenida a una lectura eléctrica, uno de esos psicothrillers que dejan huella, y es que El pasajero 23, de Sebastian Fitzek (Ediciones B, 2015) nos mantendrá con el corazón en un puño a lo largo de una lectura que resulta trepidante, dura y cruel, y que no deja respiro desde la primera a la última página.
Sebastian Fitzek (1971) estudió Derecho. Antes de dedicarse a la escritura, trabajó como periodista, editor y director de programación para varias emisoras de radio. También ha desarrollado programas de televisión, y actualmente es socio de una de las más importantes consultorías alemanas para la industria radiofónica. Es autor de novelas como Terapia y Noah, que han resultado un éxito de crítica y público, al igual que El pasajero 23, best seller en Alemania, con más de 500.000 ejemplares vendidos.
En una clarificadora a la vez que inquietante nota final el autor explica qué hay de ficción y de realidad en una trama que se adentra en el siniestro mundo de las enigmáticas desapariciones de pasajeros en cruceros que navegan en alta mar. Si a los datos reales le añadimos unos atractivos personajes, un escenario sugerente, una dura y compleja trama, constantes giros y un gran final, tenemos todo lo necesario para disfrutar de un thriller psicológico de alto voltaje.
La novela nos invita a embarcarnos junto al protagonista Martin Schwartz en un viaje de destino incierto que se convertirá en una terrible pesadilla. Martin es psicólogo de la policía y le encontramos en el impactante comienzo de la novela en una misión suicida solo apta para alguien que había perdido la capacidad de sentir miedo y era considerado por sus compañeros como una bomba de relojería.
Iremos conociendo los detalles que habían llevo al protagonista a ese estado en el que no tenía ningún reparo en asumir riesgos irresponsables. Cinco años antes, perdió a su mujer y a su hijo durante unas vacaciones en el crucero Sultan of the Seas. Nunca se supo con certeza lo ocurrido y todavía no había logrado superarse del trauma.
Martin se había prometido no volver a embarcarse en ningún crucero, mucho en el Sultan, al que aborrecía junto a toda su tripulación, pero todo cambiará con la llamada una excéntrica anciana que se encuentra embarcada en el Sultan preparando una novela de suspense sobre las desapariciones en alta mar y que afirma tener pruebas sobre lo que le sucedió a su familia. Sólo hay una condición para revelarle la información, que se embarque en el crucero.
Comienza así una aventura trepidante, narrada con un ritmo frenético, en la que iremos conociendo más detalles sobre Martin la anciana, así como de una tripulación y un pasaje en el que todos tienen muchos secretos que esconder y donde las heridas del pasado del protagonista volverán a abrirse de forma dolorosa. Y hay algo más, la existencia de un enigmático pasajero 23 que abrirá la puerta a un infierno en el que la maldad del ser humano saldrá a la luz de forma siniestra.
Giros constantes, personajes que nos sorprenderán con sus secretos y oscuras intenciones, una trama potente, que no escatima en detalles turbios y escabrosos, y un final impactante, componen un plato que devorarán de forma compulsiva todos los aficionados al género.
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