lunes, 16 de marzo de 2015

Los tiburones del arte, de Luis Racionero

Los tiburones del arte, de Luis Racionero (ed. Stella Maris, 2015) es un libro que realiza un breve, conciso y revelador análisis sobre el mundo del arte, la nociva y polémica intromisión del mercado, la evolución del concepto de arte y artista en la historia y qué podemos esperar del futuro.


Antes de entrar en el contenido del libro es necesario detenernos en la biografía de su autor, para poder comprender mejor la perspectiva que adopta uno de los intelectuales más incisivos de nuestro país: Luis Racionero estudió Ingeniería y Ciencias Económicas en la Universidad de Barcelona y obtuvo la beca Fullbright para doctorarse en Urbanismo en la de Berkeley. Ejerció en 1966 como profesor de Microeconomía y de Urbanismo en la Facultad de Ciencias Económicas; en la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de Económicas de Barcelona.

En 1978 se estableció en el Ampurdán (Gerona) para dedicarse exclusivamente a la literatura. Como escritor ha cultivado la narrativa y la ficción. Ha obtenido, entre otros, los premios Azorín y Fernando Lara de novela; y el Anagrama de Ensayo. Entre sus obras narrativas destaca Cercamón (1982), La forja de l’exili (La forja del exilio, 1985), Raymon o la alquimia de la locura (1985), La cárcel de amor (1996); y La sonrisa de la Gioconda (1999). Es autor también de numerosos libros ensayísticos y ha realizado algunos cortometrajes como La fiesta de los locos: una interpretación de H. Bosch y Leonardo y el andrógino. Ha colaborado con diarios y revistas como El País o Ajoblanco, y en la actualidad escribe en La Vanguardia y Mundo Deportivo.

Con Los tiburones del arte se adentra en las entrañas del mundo del arte partiendo de la venta de un tiburón en formol por 12 millones de euros, episodio que da pie al juego de palabras de título y que es algo más que una curiosa anécdota, ilustra de qué forma se han entrelazado dos mundos que solían y deberían permanecer separados: la especulación financiera y el arte.

El autor incluye otros ejemplos sobre precios inflados en pujas, extravagantes “obras de arte” en exposiciones de prestigiosas galerías, una sucesión de esperpentos que son un reflejo de la confusión que envuelve el mundo del arte y sobre la que Luis Racionero se propone aportar luz para mostrarnos cómo hemos llegado a una situación en la que las obras de arte son mercancías y ya no hay posibilidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, incluso entre lo que es arte y lo que no lo es.

En primer lugar se adentra en la definición de lo que es arte para comprender qué diferencia existe entre el valor de uso de una obra y el valor de cambio. A continuación realiza un recorrido por la evolución del concepto de arte y artista desde la Antigüedad hasta la actualidad. El cambio de paradigma llega con la modernidad, que irrumpe en el arte provocando la desaparición de la crítica, imposibilitando la evaluación de las obras ya que “el único criterio es lo nuevo y eso no vale como juicio de valor. Lo nuevo puede ser despreciable, sin interés alguno”.

Esta parte resulta especialmente interesante, mostrando cómo este cambio de paradigma que afecta a todas las áreas de la sociedad ha influido de forma radical en el arte. La falta de una norma común ha provocado que los críticos se hayan quedado sin criterios y que los verdaderos artistas se vean “eclipsados por una nube de neuróticos que exponen y expresan sus incoherentes personalidades”.

Pero el autor va un paso más allá para aportar también una parte constructiva a la crítica, proponiendo dos elementos que pueden ser claves para descubrir lo que sería el octavo o noveno arte del siglo XXI, al igual que el cine fue el séptimo arte del siglo XX. La ciencia y la tecnología irrumpen como parte fundamental de la creatividad e impacto que pueda suponer el arte en la sociedad.

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