martes, 10 de marzo de 2015

El aroma del crimen

El aroma del crimen (ed. Destino, 2015) es un original "thriller culinario", la primera novela de Xabier Gutiérrez, cocinero, psicólogo y escritor donostiarra, que desde el año 1990 dirige el departamento de innovación del Restaurante Arzak en San Sebastián. Además, colabora con distintos medios de comunicación, asesora a empresas del sector de la alimentación e imparte clases en el máster de innovación y gestión de restaurantes del Basque Culinary Center.


Como escritor, Xabier Gutiérrez ha publicado doce libros de cocina y cinco ensayos sobre estética culinaria con los que ha conseguido galardones prestigiosos como el Best World Cookbook Award y el Premio Nacional de Gastronomía. Con El aroma del crimen se adentra en un terreno novedoso, con una novela que supone la primera de una tetralogía llamado “Los aromas del crimen”. Según comenta en su blog, la segunda parte esta lista, la tercera en proceso y la cuarta bocetada.

El protagonista de novela es Vicente Parra, oficial instructor de la Ertzaintza, con sede en el barrio del Antiguo de San Sebastián, un peculiar personaje con cincuenta años recién cumplidos, con una sorprendente capacidad para ausentarse mentalmente, solitario, introvertido, que tiene a su mujer como su conexión con el mundo, con la que tenía un hijo en común, un joven estudiante de una reconocida escuela de cocina, que intenta abrirse camino en una profesión por la que cada vez siente más pasión y que tendrá una estrecha relación con el desarrollo de la investigación de la novela.

Vicente acaba de regresar de tres semanas de vacaciones y se prepara para el comienzo de la rutina diaria. Pero su jefe le espera con dos casos, en apariencia distintos, sin relación, pero en los que tiene la corazonada de que existe un nexo común. El primero es el asesinato de Elena Castaño, una diseñadora de moda salvajemente apuñalada en su mansión en lo que parece un robo, pero que tiene tintes de ser un crimen personal. El segundo es menos evidente, la muerte por insuficiencia renal del bedel de la Facultad de Química. La madre del fallecido sospecha que su hijo ha muerto en extrañas circunstancias por el elevado nivel de vida que llevaba en los últimos tiempos.

La misión del oficial es encontrar la relación entre las dos muertes, averiguar las verdaderas causas y encontrar al culpable entre una serie de personajes, todos ellos relacionados con el mundo de la gastronomía, en un juego de intrigas y sospechas, donde no puede confiar en nadie y en el que el dinero, el sexo y los secretos ocultos se abren camino a lo largo de la investigación.

Pero es en este terreno donde el introvertido Vicente Parra saca lo mejor de sí mismo, con toda su inteligencia y sagacidad, un oficial que “vivía su profesión como un reto en el que su fina intuición se situaba frente a los criminales”. Plantea las investigaciones como una partida de ajedrez, un juego de estrategia, o como un puzle, ya que resolver un crimen “era como unir un puzle con las fichas giradas hacia abajo. Las pruebas estaban ahí, sólo hacía falta darles la vuelta”. Y a esa tarea se dedicará en la novela, a dar la vuelta a las diferentes piezas para después encajarlas y darles sentido.

El aroma del crimen nos lleva por una trama envuelta en el aroma de la cocina, gran protagonista de la novela, que intenta mantenerse y no diluirse ante la putrefación de la maldad humana que se va revelando conforme nos aproximamos al final.

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