El autor, periodista y especialista en historia de Estados Unidos, comienza señalando cómo las bibliotecas han sido y son santuarios y refugios en tiempos de crisis, como la que estamos viviendo en la actualidad. Su propósito es que el lector no necesite que lleguen tiempos de crisis para darse cuenta “de lo indispensables que son estas notables instituciones” independientemente de las circunstancias sociales.
Sumergirse en este libro es hacerlo en la historia de la literatura, y es que respiramos pasión por los libros desde las primeras páginas. El autor nos seduce invitándonos a descubrir “la memoria colectiva de la raza humana” y convertirnos en la respuesta a un acto de fe de nuestros antepasados, fe en que las siguientes generaciones utilizarían lo que consideraron “que era lo bastante importante como para ser puesto por escrito y preservado con vista a informar o ilustrar a futuros lectores”.
En la era de libro digital resulta imprescindible detenernos y retroceder a los orígenes, al nacimiento de la escritura, recorriendo paso a paso la historia de la humanidad desde la perspectiva del conocimiento, hasta llegar a la era de la información electrónica, que no es otra cosa que “una extensión de la tarea clásica de la biblioteca: reunir materiales y lectores, no solo por mero placer, sino como un modo de producir más conocimientos todavía”.
Y así, comenzando por las bibliotecas de la Antigüedad, con las tablillas en Mesopotamia, iniciamos un fascinante recorrido, ilustrado con imágenes, fotografías y dibujos que hacen el viaje más ameno y atractivo. Por supuesto, en este apartado ocupa un lugar de privilegio la Biblioteca de Alejandría.
El recorrido que nos ofrece el autor nos desvelará el devenir de lugares que han sido construidos, quemados, saqueados, descubiertos, odiados y amados. Lugares que han conservado tesoros, primero en forma de tablillas, después en rollos, pergaminos, hasta llegar al papel encuadernado y al formato digital. Pasado y presente se dan la mano con el libro como nexo de unión y las bibliotecas como punto de encuentro. Acompañaremos a los copistas medievales en sus trabajos de artesanos, auténticos artistas del papel.
El viaje nos hará saltar también al continente de Asia, con las bibliotecas chinas o las islámicas, pero centrándose principalmente en las Bibliotecas Europeas de la Edad Media y en el punto de inflexión en el mundo de la edición y publicación de libros, la llegada de Gutengerg y la imprenta de tipos móviles. Invento que fue desarrollado por otros innovadores, menos conocidos, pero cuya labor resultó fundamental para la consolidación y difusión del fenómeno, como el académico italiano Aldo Manucio.
La siguiente etapa nos lleva al Renacimiento y a la Reforma, etapa crucial para el mundo de libro en la que toman protagonismo los coleccionistas y las bibliotecas de corte, en una lucha encarnizada entre amantes de los libros como fuente de libertad frente a inquisidores dispuestos a restringir derechos y libertades. En este viaje vamos a descubrir referentes como la Biblioteca de El Escorial o de la Soborna.
Esta época marcará las bases de los siguientes siglos, a los que se dedicarán varios capítulos y que seguirán desvelando las vicisitudes, aventuras y desventuras de lugares como las Bibliotecas de la Norteamérica colonial, de los comienzos de los Estados Unidos, hasta llegar a la revolución bibliotecaria en el siglo XIX, como consecuencia del propósito de educar a toda la población. Un movimiento que construyó los edificios de acceso público que conocemos en el día de hoy.
Y de esta forma nos plantamos en la actualidad, donde descubriremos algunas de las bibliotecas más emblemáticas, cuya existencia valoraremos aún más después del recorrido revelador que el autor nos ha ofrecido por su historia. Por lo tanto, estamos ante un libro recomendable para todos los Mamíferos Devoradores de Libros, para los ratones de biblioteca, también para los que quieran encontrar un estímulo para ponerse leer o para visitar unos lugares fascinantes que harán las delicias de los amantes de los libros y de la historia. Todo un banquete que no podemos dejar de devorar, saborear y degustar.
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