El punto de partida de la novela es un hecho histórico conocido como “El intercambio de las princesas”. El 18 de octubre de 1615 se celebraron dos bodas por poderes. En Burgos, la infanta Ana de Habsburgo, hija del rey Felipe III, contrajo nupcias con el ya coronado rey de Francia, Luix XIII. Al mismo tiempo, en Burdeos, se unieron en matrimonio la infanta Isabel de Borbón con el príncipe de Asturias.
Aunque había voces contrarias a esa doble alianza en ambos reinos, la mayoría veía una oportunidad para el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad en una Europa asolada por la guerra, un continente cuyos conflictos estaban marcados por la lucha por el poder entre esas dos familias. Tras los festejos, ambas esposas se dirigieron hacia el paso de Behovia, en la frontera sobre el río Bidasoa, donde se produjo el hecho histórico señalado.
Pero la perspectiva de la novela es la de Isidoro Montemayor, secretario y amante de Micaela, la condesa de Cameros. Meses antes de la boda que se celebrará en Burgos, Isidoro llegó a la ciudad junto con los enviados de otras grandes casas para realizar todos los preparativos necesarios para que sus amos tuvieran acceso a camas y balcones que les permitieran asistir a los históricos acontecimientos que iban a producirse en la ciudad.
Los que no hayan leído las anteriores novelas se situarán rápidamente gracias a los datos que el mismo Isidoro aporta para que conozcamos su relación con Micaela, que se inició de forma muy accidentada. Los dos mantienen una secreta y apasionada historia de amor que no pueden hacer pública. Por una parte, aunque Isidoro tiene una hidalguía que había conseguido con sudor, lágrimas y mucho dinero, resultaba imposible que pudiera ser considerado al mismo nivel que la condesa; por otra, esta lleva dos años ocultando la muerte de su marido en la Nueva España, decisión cuyas consecuencias ahora tendrá que enfrentar.
Mientras España y Francia se preparan para sellar la alianza matrimonial y la ciudad de Burgos se engalana para la boda, Micaela tendrá que luchar por defender su inocencia en una trama de contrabando en la que han usado su nombre como tapadera en un fraude a la Corona. Isidoro, fiel caballero, saldrá al auxilio de su dama en apuros, cambiando la pluma de secretario por la espada, algo que no le resultará difícil al ser un ex combatiente de la guerra de Flandes. Pero estará lejos de imaginar que el destino “tan rácano por lo habitual con el devenir de un simple secretario” le tenía “reservadas unas cuentas sorpresas y más de un susto”. En una España en la que abundan las intrigas, los delitos y las traiciones, Isidoro luchará por defender la vida de su amada y la suya propia.
Isidoro tendrá que superar múltiples obstáculos, recorrer varias ciudades, rodearse de inesperados compañeros de viaje y hacer gala de toda su astucia, ingenio y picardía para, a través de todo tipo de artimañas, culminar con éxito una complicada misión en la que entrará en contacto con don Rodrigo Calderón, marqués de Sieteigleisas, el favorito del valido del Rey.
La misión del protagonista le situará ante un juego de intrigas y conspiraciones en el que la paz y la estabilidad de España correrán un serio peligro, mientras se irán desvelando todo tipo de secretos del pasado de los protagonistas que serán cruciales para la resolución de la trama. Con un ritmo trepidante y una narrativa muy ágil, El reino de los hombres sin amor nos ofrece una lectura muy entretenida, de las que enganchan de principio a fin, en la que asistiremos a la lucha de un hombre honrado por mantener la integridad en medio de un nido de víboras.
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