La novela tiene como protagonista a Roberto Martín Veloz, un joven atleta de éxito, corredor de 1.500 metros y uno de los campeones nacionales más jóvenes de la historia. El deporte y la competición son su vida y lleva un año plagado de éxitos, después de establecer el record nacional y la tercera mejor marca europea de la temporada. Pero todo se trunca después de una prueba en Berlín, le realizan un análisis antidoping obligatorio para reconocer la marca que quiere homologar y el resultado ofrece un positivo que deja su carrera al borde del abismo.
El Comité de Competición de la Federación de Atletismo le abre un expediente sancionador y se enfrenta a una sanción de dos años, además del descrédito deportivo y personal. Roberto contrata los servicios de Mónica Campoy, una abogada que fue espía del CNI y que usará peculiares métodos basados en su pasado profesional. Formará un equipo compuesto por su sobrina Araceli Santos, colaboradora en prácticas y Santiago Gómez, un oficinista con un extraordinario y misterioso talento matemático que le convierten en un eficiente descifrador de enigmas. Juntos, harán todo lo posible por probar la inocente de Roberto.
En su primera parte, la novela se lee con gran interés por los paralelismos que encontramos entre la historia de Roberto y los casos conocidos que mencionaba al principio. El libro desvela la situación de desamparo e indefensión en la que quedan los atletas, las irregularidades en los procesos judiciales, las lagunas de los protocolos federativos, además de los oscuros intereses de laboratorios farmacéuticos y marcas deportivas, en un mundo sin escrúpulos donde impera la ley del más fuerte.
Cuando más interesante está la lectura, la narración da un giro sorprendente y se centra en las relaciones sentimentales de los protagonistas, convirtiéndose el libro en una sucesión de patéticos encuentros sexuales de lo más frívolos. Solo en la última parte de la historia, el autor vuelve a retomar el hilo argumental para resolver el caso de dopaje y desvelar la verdad.
Cuesta entender este recurso fácil del sexo al que recurre el autor cuando la historia está en su momento más interesante y las líneas argumentales abiertas ofrecen suficientes alicientes sin tener que recurrir a los tópicos del sexo.
A pesar de esto, el libro nos ofrece una interesante crítica sobre un mundo corrupto, en el que predomina la ambición y la traición, y donde cualquiera puede convertirse en víctima del sistema.
La sociedad también queda retratada, demostrando cómo podemos hacer que alguien pase de héroe a villano en poco tiempo, ya que “si gusta ensalzar héroes e ídolos de fortuna apresurada, más aún volcar la estatua erigida haciéndola añicos”.
Reseña publicada en Mujer de Hoy.
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