lunes, 11 de febrero de 2013

La princesa prometida

“Hola. Me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir”.

Martínez Roca nos ofrece una nueva versión del clásico La princesa prometida, de William Goldman, una historia inolvidable que fue llevada al cine con gran acierto con una magnífica banda sonora de Mark Knopfler. Esta edición nos permite disfrutar con la novela en la que se basó la película, una obra inmortal con más de 100 millones de ejemplares vendidos, que se completa con la novela inconclusa que continúa la narración.


La novela es una historia de amor y aventuras contada con frescura y mucho sentido del humor, convirtiéndose en una obra de culto para lectores de todas las épocas y edades. Todo en la novela es destacable: sus escenas, sus personajes, sus diálogos, empezando por el original planteamiento que establece un divertido juego entre escritor y lector.

En sus primeras páginas descubrimos cómo el padre de Godlman se dispone a leerle un cuento de S. Morgenstern, un gran escritor florinés. Aunque en principio no muestra mucho entusiasmo, tardará poco en engancharse a una historia que su padre presenta con un cóctel de ingredientes de lo más atractivo: “Esgrima. Lucha. Torturas. Venenos. Amor verdadero. Odio. Venganzas. Gigantes. Cazadores. Hombres malos. Hombres buenos. Las damas más hermosas. Serpientes. Arañas. Bestias de todas las clases y aspectos. Dolor. Muerte. Valientes. Cobardes. Forzudos. Persecuciones. Fugas. Mentiras. Verdades. Pasión. Milagros”. ¡Irresistible!

La protagonista de la novela es la bella Buttercup, una joven que tiene dos pasatiempos favoritos: montar a caballo y atormentar a Westely, el mozo de labranza que trabaja para ella. Nada en el mundo la proporciona tanto placer como darle órdenes a Westely a todas horas. «Como desees» es lo que siempre responde el muchacho. Pero Buttercup descubre que cuando él dice «como desees» en realidad significa, «te quiero». Y ella se da cuenta de que también le ama…

Buttercup jura amor eterno a Westley, pero este parte en busca de fortuna y poco después llega a su amada la noticia de que ha sido asesinado por unos piratas. La joven jura que nunca más se volverá a enamorar de ningún hombre, pero tendrá que hacer frente a un imprevisto que la colocará en una complicada situación. La fama de su belleza ha llegado a oídos del príncipe Humperdinck, el heredero al trono de Florin, un bellaco cruel y caprichoso que busca esposa y se ha encaprichado de la bella Buttercup a la que obligará a casarse con él.

Pero justo antes de la boda, la prometida es raptada por tres personajes al servicio de los enemigos de Florin, que tienen como misión asesinarla cuando crucen la frontera. Acosados por las tropas de Humperdinck los delincuentes se encontrarán con un perseguidor incasable y tenaz, un hombre enmascarado que los irá retando a uno a uno en su propio terreno.

La novela tiene muchos aspectos atractivos, pero destacan los tres personajes que raptan a Buttercup y que forman una atípica camarilla de maleantes. Vizzini, el ruin siciliano con un cuerpo deforme y una inteligencia en la que confía para salir de las situaciones más comprometidas; Fezzik, el turco grandullón con una fuerza descomunal y, finalmente, Iñigo Montoya, el español espadachín que busca al asesino de su padre para vengarse y que es además el que dirá la frase más famosa de la novela y de la película que encabeza esta reseña.

Estos tres personajes protagonizan las escenas más divertidas y originales de la novela, para dar paso después a los dos grandes protagonista, cuya relación nos ofrecerá la respuesta a la gran pregunta: ¿Existe el amor verdadero? Prepárate para cruzar lugares siniestros como el Pantano de Fuego o los Acantilados de la Locura antes de descubrir la respuesta definitiva.

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