La Roma del Renacimiento es una ciudad gobernada por papas tan belicosos como enamoradizos, y donde el dinero carece de importancia. Julio II encargará al rudo e impulsivo Donato Bramante que construya una nueva basílica sobre las ruinas de San Pedro, la más impresionante que se haya visto hasta entonces: la edificación más grande de occidente será un símbolo del poder de la Iglesia.
No obstante, hay quien pretende evitar su construcción a cualquier precio, y sin la ayuda de su inteligente amante, la cortesana Imperia, Bramante estaría perdido.
Pero la novela también es la historia de su gran rival: el genial Miguel Ángel, que proyecta una basílica de San Pedro completamente nuevo, con una cúpula tan amplia como el firmamento. 1564 será para él un año decisivo: ha subestimado a sus enemigos.
La cúpula del cielo alterna la narración en diferentes épocas de las vidas de Bramante y Miguel Ángel. Asistiremos a la llegada de Donato a Milán con 15 años, como oficial pintor, con planes ambiciosos y una profunda noción de su propio talento. Bajo la protección del duque descubre su pasión por la arquitectura. Años después, con algo más de 40 años, todavía no había logrado llevar a cabo la gran obra arquitectónica que constituía su ambición. Su vida cambia cuando conoce a Leonardo da Vinci y entra en contacto con una misteriosa Sociedad Secreta que tiene una peculiar concepción de la estructura del mundo que se oculta en la Divina Comedia de Dante.
A esta Sociedad Secreta se enfrenta La Hermandad de los Perfectos, en la que ingresa el joven cardenal Giacomo Catalano, que recibirá el encargo de desvelar los planes de la Sociedad y la identidad de sus miembros.
Arte, complots, asesinatos, manuscritos codificados y rivalidades personales se mezclan en una novela sobre el sueño de construir la catedral más grande del mundo.
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