En la segunda década del siglo XXI, Madrid es una de las ciudades más oscuras y peligrosas del planeta, sumida en la decadencia, azotada por la corrupción, una crisis sin fin y una epidemia para la que oficialmente no existe vacuna y que la OMS intenta ocultar.
El agente Juan Saucedo acude junto con su compañero Hermi a investigar la muerte de un inspector de bomberos americano que ha fallecido en un hotel de segunda categoría. La muerte del americano parece deberse a causas naturales, pero una serie de aspectos enigmáticos le harán sospechar a Juan que pueden encontrarse ante un asunto más turbio.
La investigación de la muerte provocará que Juan se enfrente a los fantasmas de su oscuro pasado, cuando colaboró con una periodista y un político en una investigación que arruinó su vida familiar, truncó su carrera profesional y le convirtió en un adicto a una nueva droga. Juna fue un juguete en sus manos, le utilizaron para encontrar pruebas de una conspiración en la que podrían estar implicados políticos, jueces, fiscales y comisarios, aunque todo se archivó de forma precipitada.
Ahora, Juan se enfrenta a una gran conspiración, un plan diabólico diseñado por personajes siniestros y que podría estar relacionado con el caso que investigó en el pasado.
A lo largo de la narración asistiremos a la descripción de una ciudad en decadencia, llena de miseria, violencia y corrupción. El protagonista es un personaje con un lado muy oscuro, no estamos ante el héroe que busca justicia, sino ante un hombre cuyas motivaciones iremos conociendo a lo largo de la novela.
¿Estamos únicamente ante una historia de ficción o el autor hace un ejercicio visionario sobre lo que podría ser nuestra sociedad dentro de algunos años? Habrá que esperar para comprobarlo…
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