“Los recolectores de suicidas”, de David Oppegaard (ed. La Factoría de Ideas, 2011) fue el debut literario de un autor que nos acerca a un futuro apocalíptico, cuya lectura resulta un ejercicio escalofriante y aterrador.
El planeta tierra ha quedado asolado por un fenómeno llamado La Desesperación. La mayor parte de los habitantes del planeta se han suicidado y, cinco años después del inicio de la pesadilla, Norman y su vecino Pops sobreviven en una pequeña localidad de Florida, habiendo quedado como los únicos habitantes de una población que llegó a tener más de 4.000 habitantes.
Norman lleva cinco años oponiéndose pacíficamente a los Recolectores, un misterioso grupo que se llevan los cuerpos de los muertos sin que se sepa cuál es su origen ni sus motivaciones. Norman se dedica a enterrar a los suicidas antes de que lleguen los Recolectores. Cansado de presenciar el lento proceso de decadencia de la ciudad y frustrado por no haber podido impedir el suicido de todos sus vecinos excepto Pops, Norman sufre un terrible episodio que le lleva a comenzar un viaje en busca de esperanza.
Un rumor afirmaba que un científico de Seattle estaba trabajando en un remedio para la Desesperación y lideraba un grupo de individuos decididos a “mantenerse vivos y sanos hasta que la Desesperación fuera neutralizada”.
Norman, acompañado de Pops, comienza un peregrinaje hacia Seattle en el que se encontrará con una auténtica pesadilla, conocerá a todo tipo de personas en diferentes situaciones con un denominador común, se encuentran en medio de un infierno.
La novela se convierte en una sucesión de episodios terroríficos, duros, crueles, con personajes desesperados, frustrados, sin esperanza, sintiéndose abandonados por Dios. En el horizonte, Norman tendrá una doble meta: encontrar al científico de Seattle y escapar de la persecución de los Recolectores y descubrir su verdadera identidad.
Original, inquietante, perturbadora, una mirada aterradora a un mundo sin esperanza de redención.
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1 comentario:
Acabo de leerlo. Primera mitad de libro interesante pero con un desenlace decepcionante.
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