“La piedra lunar” (Alba, 2011), de Wilkie Collins, es una fantástica novela policíaca escrita en el año 1868, pocos años después de que Edgar Allan Poe inaugurara el género policial con “Los crímenes de la calle Morgue”. Collins fue pionero de la novela negra europea, con la creación del sargento Cuff, el primer detective de la literatura británica.
La novela tiene una estructura muy original, con un estilo ameno y fresco, rebosante de ironía. Toma como punto de partida la desaparición de una joya hindú, para mostrarnos después el testimonio de varios de los personajes, que nos ofrecerán versiones diferentes, entre las cuales se encuentra la verdad. Además de la trama policial, asistiremos a las intrigas personales y familiares de los personajes principales y secundarios que nos ofrecen un retrato de la naturaleza humana y de la sociedad victoriana, hipócrita y machista.
En el año 1799, durante el asalto a la ciudad india de Seringapatam, un oficial inglés roba “La Piedra Lunar”, un diamante de color cambiante de la estatua de un dios hindú. La historia de la piedra se remonta al siglo XI, cuando supuestamente el dios lunar impregnó con su aliento divino el Diamante, encomendando su custodia durante siglos a tres sacerdotes brahmanes. La deidad predijo que un desastre caería sobre “el presuntuoso mortal que posase sus manos en la gema sagrada y también a todos los de su casa y su sangre que la heredaran después de él”. El oficial roba el diamante, asesinando a varias personas, una de las cuales le lanza una maldición, “¡La Piedra Lunar habrá de tomar su venganza sobre ti y los de tu sangre”.
Varias décadas después, Miss Raquel, la sobrina del oficial hereda la joya por su cumpleaños. Todo lo que envuelve al diamante resulta un misterio para la familia adinerada de la sociedad victoriana. En la fiesta de su cumpleaños, asistirán familiares y pretendientes, además de hacer aparición tres enigmáticos hindúes. La joya desaparecerá de forma misteriosa, convirtiéndose los presentes en testigos y al mismo tiempo sospechosos. Comienza así el relato por parte de varios de los testigos para descubrir qué ocurrió realmente con la joya, labor que quedará a cargo del peculiar sargento Cuff.
El primero estará a cargo de Gabriel Betteredge, mayordomo de la madre de Miss Raquel. Le encargan que escriba todo lo que sabe en relación con el diamante. Betteredge es un apasionado de “Robinsón Crusoe”, cuyas aventuras lee a todas horas. Una de sus frases será premonitoria de lo que le ocurrirá cuando acepte el encargo, “ahora comprendo, aunque demasiado tarde, lo necio que es dar principio a una operación cualquiera, antes de calcular su costo y de pesar exactamente las fuerzas con que contamos para llevarlo a cabo”.
Varios personajes aparecerán a lo largo de la novela relacionados con la familia y el diamante y cuyo testimonio resultará clave para comprender qué ocurrió realmente con la joya. La trama se irá complicando con la aparición de nuevos factores que enredarán la investigación.
El caso será todo un reto para la mente del sargento Cuff, un detective de extravagante apariencia, al que se le podía tomar “por un párroco, un empresario de pompas fúnebres o cualquier otra cosa, menos por lo que realmente era”. Sus métodos tan poco usuales terminarán provocando la admiración de todos los protagonistas y también del lector.
Disfruta con una novela que tiene el sabor clásico del género, pero con una estructura y un desarrollo de la trama de lo más actual.
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5 comentarios:
Vaya, pues sí que parece actual la trama, a pesar de haberse escrito hace tantos años...
Espe, la verdad es que los clásicos del género negro son cada vez más actuales. La respuesta puede ser que el género policíaco retrata la naturaleza del ser humano...
gracias Miguel Ángel, siguiendote en tweeter encontré esta nota que me recuerda que mi piedra lunar de collins duerme en mi biblioteca, umo de esos libros que no se sabe cabalmente por qué, quedaron postergados, ya lo llevo a mi mesa de luz para las lecturas urgentes e imprescindibles, saludos
Genial
Ya nos contarás cómo va la lectura. Un saludo.
Ya había leído La dama de blanco y es mi segunda lectura de este autor, resulta agradable y sin querer parecer mojigato el tener una lectura en la que lo mas erótico son los esfuerzos del galán para dejar de fumar por 2ª vez, y que la escena mas sexy de alcoba sea para relatar si al susodicho galán le hace efecto la droga o no.Impagable el papel de la estoica Drusilla Clack, creo que si Espe encuentra la trama tan actual, el papel de esta dama me recuerda que los principios de la moral victoriana no solo calaron de manera muy especial en Inglaterra sino que fueron exportados de forma que siguen, en algunos ambientes, aún vigentes. Quizás esta actitud y la del mayordomo cuya fuente de inspiración el Robinson Crusoe nos quiera decir algo del carácter del autor, y aprendemos un poco.
Un saludo Miguel Ángel y perdona si me he extendido demasiado
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