“Los presidente en zapatillas” (ed. Espasa, 2010) es un original libro que nos desvela los secretos de la vida cotidiana de los presidentes de la democracia española, desde Adolfo Suárez hasta Zapatero, de la mano de la psicóloga Mª Ángeles López de Celis, quien durante 32 años ha formado parte de la Secretaria de los cinco Presidentes. Prepárate para entrar en el Palacio de la Moncloa y observar a sus inquilinos desde una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados.
El periodista José Oneto, nos adelanta en el prólogo lo que encontraremos en el libro, “Ella, como nadie, describe las interioridades de La Moncloa, utilizando una documentación de primera mano y aportando datos de color y de ambiente que hacen de su libro un ameno relato de cómo se viven, desde el poder, los problemas y las tensiones diarias en la forma de gobernar el país”.
Comienza con Adolfo Suárez, el día 28 de noviembre de 1978 cuando la autora comenzó a trabajar en la Secretaría del Presidente, unos días antes del referéndum para aprobar la Constitución. La familia de Suárez, compuesta por 5 hijos, nos desvela ya cómo la vida de los hijos de los presidentes sufre una completa transformación coartando su libertad por las normas de seguridad. Cuando los chavales son adolescentes estas situaciones pueden derivar en graves problemas familiares, aunque no fue el caso de los Suárez.
La autora nos cuenta los pormenores en torno a las primeras elecciones constitucionales celebradas en marzo de 1979, la campaña de terror de la banda terrorista ETA y el desgaste progresivo del partido de Suárez. Entre medias de estos acontecimientos cruciales, se narran interesantes anécdotas como la visita de Jimmy Carter, quién leía la Biblia en español todas las noches con su esposa Rosalynn. El año 1980 fue un “annus horribilis” que dio pie a todo tipo de maniobras y conspiraciones para derrocar al presidente. El capítulo de Suárez culmina con su dimisión y con el golpe del 23-F para dejarnos a un Adolfo Suárez sufriendo por las pérdidas familiares y con una terrible enfermedad en la que, en boca de su hijo, “sus hijos tuvimos la fortuna de que cuidara de nosotros y ahora la vida nos devuelve la oportunidad de cuidar de él”. Emotivas también son las últimas palabras de la autora que cierran esta sección, “todos menos Adolfo Suárez saben hoy quién es Adolfo Suárez. Él ha olvidado quién fue y lo que hizo…, pero algunos no le olvidaremos jamás”. No está nada mal leer estas palabras en un país tan ingrato como el nuestro.
El siguiente capítulo dedicado al presidente, Leopoldo Calvo-Sotelo, por razones obvias es el más breve, aunque el comienzo de su mandato fue frenético y prolífico en acontecimientos, “en una semana, de lunes a viernes, se dieron cita en el Congreso de los Diputados un intento de golpe de Estado, dos sesiones de investidura, se firmaron decretos de ceses y nombramientos, se juraron cargos y el Consejo de Ministros celebró dos reuniones, una del Gobierno y el saliente y otra del entrante”… ¡casi nada!
La llegada de los Calvo-Sotelo a la Moncloa provocó el desembarco de ¡8 hijos!, por lo que se tuvo que habilitar la buhardilla del Palacio. La autora nos comenta en este capítulo cómo se desarrollan las reuniones del Consejo de Ministros y un breve relato sobre su historia. A pesar de su corto mandato, se produjeron importantes acontecimientos como la Ley del Divorcio, el síndrome de la colza, el juicio contra los golpistas y el mundial de fútbol. La autora califica a Calvo-Sotelo como “el presidente de mayor talla intelectual de la democracia”, un hombre “tolerante y defensor del diálogo, sabía escuchar las razones de sus contrarios para después formar sus propios juicios con rigor” (¿¿¿¿por qué ya no quedan políticos así????).
Llega después Felipe González, arrasando en las elecciones de diciembre de 1982. La llegada del PSOE provocó un cambio radical en la estructura de la Presidencia, con más medios, más personal y más dinero, “en pocos meses el cambio que se consiguió fue tan importante como lo era el nuevo rumbo político y social que estaba tomando España”. La autora nos acerca a la persona de un auténtico “animal político”. Las anécdotas se multiplican en este capítulo, algunas divertidas, otras preocupantes en cuanto a la precaria seguridad y en otros casos muy reveladoras sobre episodios cruciales de la presidencia felipista. También destaca la persona de Carmen Romero, siempre en segundo plano, enfrentándose con valentía a la presión mediática.
Entre los múltiples episodios que se resaltan, me ha llamado la atención la repercusión que tuvo la huelga general del año 1988, hasta el punto de que el presidente tuvo que reconocer “el éxito político de la huelga” y el “duro golpe” que supuso para el gobierno, contrastando con la que acabamos de vivir el 29-S.
La presidencia de Felipe va ligada también a la figura de Alfonso Guerra, personaje que “nunca dejó a nadie indiferente”, polémico y brillante a la vez, cuyo cabeza cayó en el año 1991. Finalmente, la autora muestra su debilidad por este presidente calificando el balance de su presidencia como “abrumadoramente positivo”.
En el año 1996 llega a la presidencia José María Aznar, mostrando desde el primer momento “su autodisciplina y su capacidad de trabajo”, para pasar después a relatar con tono crítico su palpable transformación, especialmente en la segunda legislatura y la figura de Ana Botella, como un “poder en la sombra”. Aún así, la autora deja una puerta abierta a un hombre al que considera todavía con un potencial enorme para la política activa y, tal vez, “superando la indiferencia por la guerra, practicando la tolerancia, aceptando la crítica y admitiendo otros modelos de conducta, sea capaz de recuperarse a sí mismo y de reconciliarse con el resto del mundo”.
Y, finalmente, llegamos al año 2004, con la victoria de Zapatero en unos días fatídicos para la historia de España por el atentado del 11-M. Creo que la autora describe con acierto una victoria con la que “media España respiraba aliviada ante una victoria que se percibía como una ráfaga de esperanza y un soplo de brisa atenuante del drama vivido, mientras la otra mitad asistía aturdida a un inesperado vuelco electoral sin acertar a adivinar dónde y cómo se había fraguado tan inesperada y contundente derrota”. El libro termina con la llegada de la crisis cuyas consecuencias seguimos sufriendo de forma sangrante…
Estamos ante un libro muy interesante, que nos deja episodios curiosos que nos permiten acercarnos a la parte más personal de los protagonistas, aunque la mayor parte del libro está dedicada a su faceta política. Como ya he señalado, la autora no esconde sus preferencias entre ellos y, aunque aparecen críticas y elogios en todos los presidentes, creo que se muestra excesivamente crítica en unos casos, como Aznar, y condescendiente en otros, como con Zapatero.
Resulta de gran interés su reflexión final sobre los retos pendientes de nuestra democracia y sobre la existencia del “síndrome de la Moncloa”, señalando con acierto cómo lo han padecido cuatro de los cinco presidentes, situando el momento exacto en el que comenzó a aparecer en cada uno de ellos y explicando por qué sólo se salvó de ser infectado Calvo-Sotelo, por razones que podemos imaginar…
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1 comentario:
Me ha decepcionado enormemente el libro. Es la relacion de hechos públicos conocidos bajo la visión ideológica de la escritora.¿De dónde sale el título? Zapatillas ninguna
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