Los episodios que aparecen en el libro no tienen que ver con las historias mágicas y fantasiosas que han surgido en torno a la Guerra, aunque dedicará el último capítulo a temas atractivos que han alimentado nuestra fantasía como la lanza del destino, los hijos de Hitler, el experimente Filadelfia, luces voladoras, la bomba atómica nazi o el triángulo de las Bermudas.
La gran parte del libro está dedicada a ofrecernos “un estudio honesto y riguroso sobre los hechos que todavía desafían a los investigadores”. Los episodios relatados no resultan menos fascinantes que los que aparecen en el capítulo final y quedaremos “atrapados por los enigmas de aquella conflagración que han quedado sin resolver”.
El autor no pretende dar respuesta a todos los interrogantes, es más, él mismo afirma que cuando terminemos le lectura tendremos aún más dudas sobre los enigmas planteados. Pero la realidad es que nos ofrece las diferentes hipótesis que podrían dar respuesta a los misterios que se presentan.
El primer capítulo nos muestra una serie de sucesos inexplicables. Una invasión de Inglaterra por los nazis que no existió pero que vieron multitud de testigos, historias de brujería, superstición y ocultismo, un bombardeo fantasma sobre las costas de California, el relato de una de las batallas navales más extrañas de la Historia en las islas Aleutianas, la milagrosa salvación del cuadro “La Última Cena” de Leonardo da Vinci o la descripción de una serie de sucesos extraños ocurridos durante el desembarco de Normandía con Rommel como protagonista, consiguen atraparnos en una lectura fascinante que ya no interrumpiremos hasta llegar al final del libro.
Después de la presentación inicial, seguimos con episodios de gran interés, esta vez protagonizados por espías enigmáticos, cuyas intervenciones contribuyeron al resultado final de la guerra. Cada uno de estos personajes podría protagonizar su propio libro. Es el caso de “La gata”, una espía francesa que prestó grandes servicios a su país, fue una heroína desde los primeros momentos de la Resistencia, pero que en una sola noche cambió de bando y “sirvió con el mismo entusiasmo a la causa alemana” o “Sorge”, calificado como “el mejor espía de la Segunda Guerra Mundial”, si se puede establecer un ranking en cuanto a los méritos conseguidos o “Jane Horney”, una agente sueca enigmática, de la que nadie sabía muy bien para quién trabajaba, “¿se trataba realmente de una espía nazi o era una doble agente?, ¿o quizás habría que calificarla simplemente de joven aventurera?”. También descubrimos los entresijos de “La operación Cicerón”, el éxito de mayor envergadura para los servicios de inteligencia germanos.
En el capítulo tercero nos adentramos en un terreno abonado a la especulación, Las desapariciones de barcos, aviones y personas abundaron a lo largo de la contienda y han dado lugar a todo tipo de hipótesis, algunas de ellas realmente fascinantes. Además de el relato de la desaparición de barco y aviones míticos, la parte más interesante de este capítulo la encontramos en el destino enigmático de personajes conocidos como el músico Glenn Miller, desaparecido mientras su avión atravesaba el Canal de la Mancha. Parece ser que la versión oficial intentó ocultar un final más turbio. También destaca el último vuelo del escritor francés Antonine de Saint-Exupery, autor de “El Principito”. Desaparecido en las aguas del Mediterráneo mientras pilotaba un avión, no se sabía muy bien si fue un accidente, un suicidio o una farsa hasta que en el año 2004 se aportó algo de luz. La figura de Wallenberg nos desvela la actuación de un héroe “sin armas ni tumba” que salvó la vida de miles de ciudadanos húngaros de origen judío.
El capítulo cuarto está dedicado a “barcos malditos”, con hundimientos misteriosos relatos increíbles como el del acorazado Tirptiz, la joya de la corona de la marina de guerra alemana que no disparó nunca contra un barco enemigo o la del hundimiento de un submarino japonés en 1994 que evitó que la guerra en el Pacífico hubiese terminado sin necesidad de que lanzasen las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Creo que después de lo relatado hasta el momento ya podríamos darnos por satisfechos con los enigmas planteados, pero aún nos quedan sorpresas en el quinto capítulo con “muertes misteriosas”. Entre la escalofriante cifra de 150 millones de muertos, encontramos algunas muertes que “fueron claves en el desarrollo de la contienda o destacaron por su popularidad, y que aún permanecen rodeadas de misterio” como las del actor Leslie Howard, el primer ministro polaco Sikorski, Joe Kennedy Jr, hermano mayor del futuro presidente o la del mismo Hitler.
Finalmente, os dejo con un párrafo de la introducción en el que el autor realiza una reflexión que sirve como broche para una lectura muy recomendable:
“Nunca lograremos alcanzar la compresión absoluta de todo lo que ocurrió durante aquellos seis años de sangre y fuego, pero el convencimiento de que siempre nos quedarán por conocer nuevos episodios que nos emocionarán, nos sorprenderán o nos intrigarán, hace que la Segunda Guerra Mundial sea ya para siempre una inagotable fuente de enigmas y misterios”.
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