El escritor Paulo Coelho ha publicado recientemente su última novela “El vencedor está solo” (ed. Planeta, 2009), que reseñaré en breve. Se trata de un retrato feroz de la fugacidad y vanidad de la fama y el éxito a ritmo de thriller, con una frase del libro de Eclesiastés como resumen principal: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”.
El transfondo espiritual y moral que envuelve toda la novela me ha hecho recordar la “conversión” del satanismo al catolicismo de Coelho que aparece narrada en su excepcional biografía “El mago”, de Fernando Morais (ed. Planeta), de la que quiero hablaros en esta entrada.
“El mago” es la biografía de un personaje fascinante. La vida de Paulo Coelho recorre múltiples etapas, todas ellas plagadas de anécdotas y episodios que, por separado, podrían ser argumento de libros independientes. El libro comienza con la llegada del escritor a Budapest, en plena gira promocional de su libro “El Zahir”. En pocas páginas se nos dibuja un perfil de su personalidad y del ritmo frenético que lleva Coelho. La forma de narrar de Morais es cautivadora, las páginas del libro se devora como si estuviéramos leyendo una novela de aventuras.
La promoción en Budapest sirve como introducción para retroceder después a su infancia y comenzar un viaje fascinante en la vida de un hombre que siempre tuvo un único objetivo en su vida: “El sueño de ser un escritor leído en todo el mundo y tener fama, fortuna y poder, ha conducido su vida de forma pertinaz desde la adolescencia.”. Este sueño no comenzó a hacerse realidad hasta el año 1987, pasados los 40 años, cuando publicó “El peregrino de Compostela”.
Hasta entonces, Morais nos cuenta la “estrafalaria trayectoria” de Paulo Coelho. Su nacimiento ya fue algo casi milagroso, ya que nació en estado de coma profundo y fue dado por muerto, “nacer fue el primer desafío impuesto por el destino a aquel muchacho, y sobrevivió.”
Era un niño enfermizo, delgaducho y esmirriado, víctima favorita de sus compañeros. Tuvo que aprender a destacar e imponerse sobre los demás, ya que no podía hacerlo con su físico, lo hizo con su mente, su secreto: “saber cosas que nadie sabía, leer historias que ninguno de sus compañeros conocía”. Se convirtió en un devorador de libros. Aún así, creció con un complejo de inferioridad acrecentado por la presión de un padre exigente y una madre que se oponía a su deseo de ser escritor: “Hijo mío, no merece la pena que sigas alimentando esa fantasía de ser escritor”.
Educado con los jesuitas, sufrió el legalismo de un sistema religioso basado únicamente en seguir la letra de la ley, sin ningún tipo de gracia ni misericordia, lo cual le llevó a renegar de su fe. Sus padres, preocupados por la actitud rebelde de su hijo llegaron a internarle varias veces en un manicomio, esperanzados porque “todavía alimentaban la expectativa de que fuera un buen cristiano”.
Coelho creció con el anhelo de ser un escritor de éxito pero por el camino recorrió diversas experiencias que le llevaron a consumir todo tipo de drogas, participar en orgías, practicar sexo en un cementerio, someter a sus conquistas a vejaciones, etc. Conoció a Raúl Seixas, un roquero con el que se asoció y del que fue letrista durante 6 años. Con él le llegó la consolidación a nivel profesional y económico, aunque seguía frustrado por no ser un gran escritor y su vacío interior no era llenado por nada que le satisfaciera: “Antes y durante la vigencia de la sociedad con Raul, el ansia permanente por nuevas experiencias, por un lado, y su tendencia omnírica a la lectura, por el otro, lo llevaron a situaciones terribles.”
Pasó por intentos de suicidio, obsesionado con el “Ángel de la Muerte”, hasta que se interesó por libros de esoterismo, brujería y ocultismo. Se interesaba por todo tipo de sectas, hare krishanas, iglesia de Satán, niños de Dios, etc. Su fascinación por el ocultista Aleister Crowley le llevó a ingresar en la Ordo Templi Orientis (OTO), de la que Crowley fue líder destacado. Vivió en los más profundo y terrible del mundo del ocultismo hasta que su vida sufrió un cambio radical el día que tuvo un encuentro con el diablo. Pero eso lo veremos en la próxima entrada.
4 comentarios:
Vaya, lo único que hace la formación religiosa es ser un estorbo para las mentes brillantes.
Saludos
gnuTrade
gnuTrade,
Coincido contigo en parte. La formación religiosa basada en la hipocresía y en las imposiciones humanas es un estorbo para todas las mentes, no solo para las brillantes.
Pero creo que hay una forma de vivir la religión (yo más bien lo llamaría "relación") que no sólo no es un estorbo, sino que ha dado al mundo las mentes más brillantes (científicos incluidos). Además, ofrece renovación y libertad para la mente del ser humano.
En la siguiente entrada comentaré algo más sobre esto y publicaré un enlace con un artículo que aclara más sobre este punto.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Muy bella sinopsis.
Miguel, sin duda tienes esa magia que impulsa la estimulación literaria.
Y tambien entro para decirte que estoy suscrito al grupo de faceBOOK, pero me gustaria que hagamos más actividades, por lo demás tu blog esta increible, muy actual.
Un saludo desde Bolivia...
Muchas gracias por tu saludo y tu comentario desde Bolivia.
En cuanto al grupo de facebook, cada vez hay más participación de todos los miembros y está abierto para todo el que quiera colaborar, así que ¡todas las iniciativas son bienvenidas!
Un saludo
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