20 títulos para la Feria del Libro (XVIII): "Pandemia"

Un extraño virus está aniquilando únicamente a la población coreana de Japón. Una de las peores pesadillas se ha hecho realidad: “Alguien había probado un arma biológica que se activaba con una secuencia genética específica que se encontraba en un grupo étnico concreto”.

Ésta es sólo una de las pesadillas que aparecen en la novela “Pandemia” de Lewis Perdue (ed. ViaMagna, 2009), encontrarás más información que te pondrá los pelos de punta y que te llevará a desear lo que el autor expresa al final del libro: “ruego en nombre de Dios que nada de lo que escribí en este libro se haga realidad”.

La protagonista de la novela es la científica Lara Blackwood, ingeniera genética que ve cómo es expulsada del laboratorio donde trabaja coincidiendo en el tiempo con la epidemia de “lepra coreana” que está causando estragos en Japón. Con el paso del tiempo comprobará que los dos sucesos no han coincidido por casualidad.

Con la ayuda de algunos compañeros científicos, Lara descubrirá que alguien ha manipulado sus investigaciones para crear un arma genética revolucionaria que puede terminar con la humanidad. Tendrá que luchar contra un grupo japonés nacionalista con una ideología racista muy cercana al nazismo. El brazo ejecutor de esta organización es una asesina despiadada con un trauma pasado que ha marcado su vida… y la de todos los que se encuentran en su camino.

La trama de la novela es absorbente, sin tregua para el lector hasta un final que no te deja indiferente. Además, la trama se enriquece con referencias históricas a sucesos de la Segunda Guerra Mundial que dejan en evidencia las atrocidades cometidas por el nacionalismo japonés. Queda reflejado cómo estos hechos fueron silenciados por los intereses políticos de países como Estados Unidos. Pero el autor reparte la responsabilidad entre todos los países participantes, no cae en el tópico de culpar a los americanos de todos los males del mundo.

Esta novela es una advertencia contra el racismo y el mal inherente que lleva a los seres humanos a aniquilarse entre ellos. La descripción de las atrocidades cometidas a lo largo del siglo XX y las posibilidades atroces que se abren en este siglo con los avances a nivel genético deben alertarnos sobre los peligros que enfrentamos en nuestros días.

El autor realiza una advertencia al final del libro: “Ruego para que este libro sirva ya no más de profecía, sino de lección de que la ambición, la codicia, el ansia de poder, el odio racial y la maldad nos destruirá, a menos que reconozcamos que todos somos hermanos y hermanas bajo nuestra piel y que el Dios que adoramos es el mismo, al margen del nombre que le demos”.
Comparto en gran parte el contenido de la advertencia salvo la parte final. No todos adoramos al mismo Dios. Aunque, por supuesto, esto no es motivo para que nadie mate en nombre de Dios, sea cual sea el nombre que le dé.