martes, 24 de marzo de 2009

"Lincoln", de César Vidal

La editorial Planeta ha publicado una nueva edición del libro “Lincoln”, con el que César Vidal consiguió el premio de biografía Las Luces 2002. La biografía que ha realizado el autor es extraordinaria, clara, concisa, se lee a ritmo de novela y nos acerca a un personaje histórico admirable.

El primer capítulo nos sitúa en el contexto político y social en el que apareció la figura de Lincoln. De forma magistral y con una increíble capacidad de síntesis expone la formación de los Estados Unidos a través de la aportación de personas que marcaron la historia con sus creencias y valores cristianos, contrastando con otros que antepusieron sus intereses personales y políticos al bien común.

Los Padres Fundadores rescataron el concepto de democracia, pero incluyendo variaciones basadas en su transfondo cristiano. La creencia en la naturaleza caída del ser humano les llevó a un sistema de división de poderes. Otros principios como la libertad de culto y la separación de la iglesia y del Estado también se incluyen en ese novedoso sistema político. Pero en estas páginas también se detallan los dos principales problemas que estaban presentes desde el comienzo y llevaron al conflicto final, el carácter federal de la Constitución y la institución de la esclavitud.

Después, recorre su infancia y dura adolescencia, que le mostraron la necesidad de formarse. Su experiencia religiosa no le convirtió en un libre pensador, sino en una especie de cristiano “no confesional”. Los comienzos fueron duros, tanto a nivel sentimental, político y profesional. Tuvo que afrontar numerosas deudas que pagó demostrando que se podía confiar en su palabra. En su juventud se perfiló su ideario político. Su visión era nacional, creía en un poder central fuerte que proveyera un marco económico para que todos pudieran progresar. Defensa de la libertad y oposición a la esclavitud.

En su carrera política sufrió varios contratiempos, fue derrotado en varias ocasiones, pero su firmeza y oratoria le llevaron a ser candidato a la Presidencia de los Estados Unidos. Pero el tema de la esclavitud era ya un problema nacional. Venció en las elecciones, pero cuando fue nombrado Presidente en marzo de 1961 se encontró con una nación dividida. Quedaba poco margen de maniobra y la nación se dirigía a una guerra civil que causó un millón de muertos.

Los estados del sur actuaron de forma astuta, aprovecharon el período comprendido entre las elecciones y la toma posesión los estados del Sur declararon la Independencia. Lincoln se vio obligado a ir a la guerra para preservar la Unión y defender la libertad y la democracia. Los capítulos dedicados a la guerra son grandiosos. Se exponen las ventajas y debilidades de cada bando, analiza de forma magistral las diferentes batallas e intrigas políticas que vivieron los dos bandos.

Lincoln estaba convencido de que Dios actúa en la Historia. También conectaba los principios de los Padres Fundadores con sus orígenes bíblicos y tuvo que sufrir presiones tanto de los enemigos como de su propio partido. Sufrió varias derrotadas causadas por la ineptitud de sus oficiales. A nivel familiar, en lugar de encontrar apoyos, sufrió todo tipo de situaciones desalentadoras. Pero, en medio de estos problemas “se le veía a menudo con la Biblia en la mano y se sabe que oraba con frecuencia. Su relación personal con Dios ocupaba mucho su mente” .

Esta fe en Dios y la confianza en estar haciendo su voluntad le mantuvieron firme aún a pesar de los obstáculos que tuvo que superar. Cuando la guerra cambió de signo y se mostró favorable a la Unión, expresó su deseo de ser misericordioso con los perdedores y cerrar cuanto antes las heridas abiertas. A pesar de la oposición de los radicales, fue reelegido presidente con un discurso claro y polémico para muchos, iba a actuar: “con malicia hacia nadie, con caridad hacia todos; con firmeza en lo justo, según Dios nos conceda ver lo justo, prosigamos para concluir la labor en la que nos hallamos”. Estas palabras fueron su sentencia de muerte.

Esta biografía nos muestra a un personaje de una talla espiritual y política extraordinaria. Desgraciadamente, su asesinato pocas semanas después, produjo un retraso de un siglo en el proceso de integración racial. Pero, esa es otra historia que veremos en la próxima entrada.
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3 comentarios:

Converso dijo...

Muy interesante el análisis, me sorprende que haya tan pocas biografías de Lincon.

Anónimo dijo...

César Vidal, Buen Escritor

ximobrotons dijo...

yo siempre he sido lincolniano, y pienso que no se puede ser lincoliniano sin ser radical. por ejemplo, no creo que Vidal sea lincolniano, aunque sea el personaje q más admire y se trate de un admiración sincera y razonada. el libro está muy bien. pero quizá la tesis más discutible sea que Lincoln no congeniara para nada con los radicales ex-demócratas laicos, por así decir. para empezar, sin estos, guiados en un primer momento por la escisión de Van Buren y Sumner, no hubiera habido partido republicano. tb es cierto que la anterior hegemonía del partido demócrata era artificial. en efecto, como bien dices, Lincoln no pertenecía a ninguna iglesia, aunq fuera un cristiano convencido. eso le hacía más libre para criticar como ningún otro conservador y casi como ningún otro ex-demócrata la esclavitud, el secesionismo, etc. fue reelegido no con la oposición de los radicales (?), esto es un punto q no queda muy claro en la biografía, sino bajo una coalición electoral llamada Partido de la Unidad Nacional, q no solo englobaba a ex-demócratas pasados al partido republicano, sino a demócratas del partido demócrata del norte. el vicepresidente era Andrew Johnson, q era ex-demócrata. su asesino al parecer fue un mediocre actor sudista, no sé si del sur o del norte, pero no pq fueran sus apellidos holandeses, Wilkes, como el jugador de futbol de tantos años después, ídolo de Cruyff, y primer fichaje internacional del futbol español, por el Valencia, tiene q ver con q Van Buren tb fuera de apellido holandés. pq precisamente Van Buren se escinde de los demócratas por causa del esclavismo y la secesión o confederalismo.

en fin, un libro muy recomendable de una figura radical, radicalmente moderada.