Las niñas del coro

Principal de los libros no ofrece una lectura compulsiva, Las niñas del coro, de Patricia Gibney, el libro número 13 de las serie de la inspectora Lottie Parker.

Vuelve Patricia Gibney, el fenómeno del thriller internacional

Best seller del Wall Street Journal y del USA Today

«Con más de dos millones de ejemplares vendidos, Gibney es uno de los mayores fenómenos literarios del año.» The Times

Una trama adictiva, dura por las problemáticas que se plantean pero sin caer en el morbo y la violencia gratuita, trepidante en su desarrollo, angustiosa por saber la resolución del caso, intrigante ante el desfile de sospechosos e intensa y emotiva por las circunstancias personales que enfrenta la protagonista. Son muchos los ingredientes que convierten esta novela en una lectura recomendable, de las que te mantienen inquieto y expectante hasta llegar a un final que satisface con acierto las expectativas creadas.

 

Allí se sentían seguras..., pero alguien quería acabar con ellas

Se acerca la Navidad y la ciudad de Ragmullin está sepultada bajo un manto de nieve que ha obligado a cerrar las escuelas. Cuando la inspectora Lottie Parker recibe el aviso de que han encontrado el cuerpo de una niña junto a la catedral, teme que pueda tratarse de Willow Devine, una niña de ocho años cuya desaparición se ha denunciado esa misma mañana. Pero el cuerpo, envuelto en un sudario y con una partitura y un rosario entre las manos, pertenece a otra niña, Naomi.

Antes de que Lottie pueda encontrar a Willow, el cuerpo de la niña aparece en el pesebre de la iglesia de Ragmullin. ¿Qué conexión había entre Willow y Naomi? Cuando otro niño desaparece, Lottie deberá enfrentarse a un asesino retorcido y despiadado para intentar salvarle la vida al pequeño.

 

Patricia Gibney es una artista y escritora de Mullingar, condado de Westmeath, en el centro de Irlanda. Es viuda y madre de tres hijos que la mantienen cuerda, o tal vez mantienen su locura a raya.

Patricia quiso ser escritora desde que leyó a Enid Blyton y Carolyn Keene, y tras la repentina muerte de su marido, decidió refugiarse en la escritu...