martes, 25 de mayo de 2021

Gloria Imperial

Miguel Rey y Carlos Canales vuelven a ofrecer otra joya histórica, Gloria Imperial (Edaf, 2021) que nos lleva por los entresijos de la batalla de Lepanto.  


Miguel del Rey es escritor y ha sido director de la revista Ristre en su segunda etapa. Como autor especializado en historia militar ha publicado decenas de libros y artículos. Miembro de varias asociaciones de España, Francia y Gran Bretaña dedicadas a la investigación de la historia moderna y medieval

Carlos Canales. Nacido en Madrid en 1963, es abogado y escritor. Investigador del folclore y las tradiciones, es autor, junto a Jesús Callejo, de Duendes (1994), primera obra de la trilogía sobre los «seres mágicos de España» y Seres y Lugares en los que usted no cree (1995).

 

Como investigador de la historia de España, ha sido director de las revistas de historia Ristre y Ristre Napoleónico y es autor de un libro sobre la Primera Guerra Carlista, otro sobre la Guerra de la Independencia y de decenas de artículos para revistas especializadas.

 

Es, por tanto, un gran divulgador de los temas históricos del pasado y del presente. Ha sido miembro del programa La Rosa de los Vientos, de Onda Cero.

En estos últimos años se ha dedicado a publicar, en colaboración con Miguel del Rey, numerosos libros que tratan aspectos desconocidos de la historia del mundo como, por ejemplo: Blitzkrieg. La victoria alemana en la guerra relámpago; La palmera y la esvástica. La odisea del África Korps; Una jauría de lobos. Submarinos. 1918-1945; Las garras del águila. El segundo Reich. 1871-1918; A sangre y fuego. La guerra civil americana; En tierra extraña. Expediciones militares españolas; Polvo y terror. Las Waffen SS.

Durante el siglo XVI en el Mediterráneo se dieron cita estados, gobiernos, estrategias y tácticas, pero, sobre todo, galeras, convertidas en el principal instrumento para hacer la guerra. Lepanto se ha planteado siempre como una lucha religiosa.

Este libro, publicado en el 450.º aniversario del acontecimiento, nos muestra cómo esa causa quedaba también subordinada al poder y a mayores beneficios comerciales. Al comienzo de la batalla, el Imperio otomano poseía la armada más grande del mundo; cinco horas más tarde había dejado de existir, y perdido toda su hegemonía y poder marítimos. 

Sin duda, tras enfrentarse a la Liga Santa financiada por Felipe II y encabezada por su hermanastro Juan de Austria, el Turco no estaba acabado, pero ya nunca volvería a ser el mismo ni a participar en un combate naval de importancia.

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