Ha publicado varias decenas de libros sobre Historia Naval, entre los que destacan: Isaac Peral, historia de una frustración; Lepanto, la batalla que salvó a Europa; Mitos desvelados: Drake y la Invencible y Españoles en la mar y en ultramar.
Colabora frecuentemente en el blog “Espejo de Navegantes” del diario ABC, y en el programa “Españoles en la Mar” de RNE , entre otros medios. Es Consejero colaborador del Órgano de Historia y Cultura Naval de la Armada Española.
Antonio Barceló y Pont de la Terra (Palma de Mallorca, 1 de enero de 1717-ibídem, 25 de enero de 1797), un modesto patrón mallorquín, de familia humilde y plebeya que, cuando se exigía la hidalguía para ser oficial en la Armada o en el Ejército, de escasa formación académica e intelectual, logró entrar por méritos propios en esa elitista Armada y llegar nada menos que a Teniente General de ella, cuando todo en la sociedad, leyes y costumbres de la época se oponía frontalmente a tan alto encumbramiento. Cambió la manera de combatir en el Mediterráneo con la mismas armas y tácticas que sus enemigos piratas.
Se convirtió en corsario al servicio de la corona española y con los jabeques (embarcaciones propias de estas aguas, con remos y velas), artillados fuertemente, logró poner en jaque a los peligrosos bandoleros de las costas españolas.Más tarde, con la adaptación de poderosas baterías artilleras sobre barcazas, fue determinante en los distintos asedios de Gibraltar. Y a él se debe también, en 1784, la última victoria hispana sobre la ciudad de Argel, centro de toda la piratería berberisca. Barceló es quizá el último marino que alcanzó los mayores rangos de la Armada española por la fuerza de los hechos, sin haber pasado por una escuela de marinos y sin pertenecer a una estirpe de recio abolengo.
“Brillante recuperación de la memoria de uno de los marinos más ilustres de la Historia Naval de España y menos conocidos por el gran público.”
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