lunes, 21 de diciembre de 2020

Juana de Castilla

 En Juana de Castilla (Esfera de los Libros, 2020) María Teresa Álvarez relata la verdadera historia de Juana I de Castilla, novelada y reivindicada con inigualable maestría.

María Teresa Álvarez nació en Candás (Asturias). Licenciada en Ciencias de la Información, fue la primera mujer cronista deportiva en la radio asturiana y la primera presentadora del programa regional de TVE en Asturias.

En 1987 se trasladó a Madrid para conducir la Subdirección de Cultura y Sociedad de los telediarios de TVE. Un año más tarde dejó la información diaria para realizar documentales histórico-divulgativos. En esta línea ha dirigido: Viaje en el tiempo, dedicado a desvelar los enigmas e incógnitas sobre Cristóbal Colón; La pequeña española, Viena 1791-1991, que recreaba la vinculación de Mozart con España; Sefarad, la tierra más bella, sobre el pasado y el presente de los judíos sefarditas; y Mujeres en la Historia, un tema que siempre le ha interesado y sobre el que, además de escribir, da cursos y conferencias.

 En 1999 publicó su primer libro, La pasión última de Carlos V. A este le han seguido: Isabel II. Melodía de un recuerdo, El secreto de Maribárbola, Madre Sacramento, El enigma de Ana, Ellas mismas. Mujeres que han hecho historia contra viento y marea, La comunera de Castilla, Catalina de Lancaster, La infanta Paz de Borbón, Margarita de Parma, La indiana, Urraca. Reina de Asturias y La hija de la indiana.

 

Intentaron quitarle todo cuanto era suyo. Crearon la leyenda de su locura. Y la encerraron durante cuarenta y seis años. Esta es su verdadera historia.

Juana de Castilla fue la reina con peor suerte de nuestra historia.

Pudo ser la soberana más poderosa de su tiempo: reina de Castilla, León, Granada, Aragón, Navarra, Sicilia y las tierras de ultramar. Pero fue traicionada por todos los hombres de su vida: por su padre, el rey Fernando el Católico; por su marido, el archiduque Felipe el Hermoso, y por su hijo, el emperador Carlos.

Los tres ambicionaban algo que solo pertenecía a Juana porque, tras la muerte de Isabel la Católica, ella era la única propietaria de Castilla.

Y los tres intentaron anularla de todas las formas posibles. Crearon la leyenda de su locura para quitarle todo cuanto era legítimamente suyo y la confinaron durante cuarenta y seis años en el castillo de Tordesillas. Ninguno se apiadó de ella. Sin embargo, la reina logró resistir hasta el final.

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