miércoles, 14 de noviembre de 2012

La marca del meridiano, Premio Planeta 2012

Lorenzo Silva resultó ganador del Premio Planeta 2012 con La marca del meridiano, una novela policíaca de la serie protagonizada por los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro que, como el resto de títulos, se puede leer de forma independiente. Estamos ante una historia que trata temas de la mayor actualidad y en la que el protagonista se verá implicado a nivel personal en una trama que le llevará a enfrentarse a fantasmas de un oscuro pasado.


La serie de Bevilacqua, Vila, ha ido creciendo en complejidad de tramas y personajes con cada título hasta llegar a tocar techo con esta novela en la que el autor nos ofrece un crimen brutal, una investigación complicada con varias ramificaciones y una trama que se desarrolla a finales del año 2011 y nos llevará por escenarios actuales como el cese de la violencia anunciado por ETA, la muerte de Gadafi, la crisis, la corrupción, el conflicto nacionalista en Cataluña y, por encima de todo, la constatación de que el verdadero cimiento de una sociedad es el crédito, no económico, sino moral. Vila se comprometerá con la misión de restablecer este crédito a los ojos de la sociedad y de sí mismo.

Vila tiene 48 años y se ha convertido ya en un viejo zorro que lleva más de 20 años investigando homicidios y ha superado una complicada temporada en la que se había planteado pedir la baja en el cuerpo. Después de un tiempo a la deriva había conseguido el equilibrio emocional, con el tsunami de un divorcio superado y su hijo en la universidad, ahora se mantenía con dignidad con su sueldo de funcionario, consciente de que no podía quejarse viendo la situación precaria del país. En ese momento de su vida no tenía grandes ambiciones, procuraba hacer su tarea lo mejor que sabía sin grandes sobresaltos, había aprendido a ser agradecido con lo que tenía y a no llorar por lo que pudo haber sido y no fue.

Pero su vida se verá sacudida y puesta patas arriba con la muerte de Robles, un subteniente guardia civil retirado, que fue su amigo y maestro cuando ingresó en el cuerpo. Robles ha sido brutalmente asesinado en lo que parece una venganza del crimen organizado. Su implicación personal con la víctima le tendría que haber llevado a no dirigir la investigación, pero aceptará el caso llevado por un extraño sentimiento, “a veces, uno necesita afrontar justo ese desafío que no le conviene ni le corresponde, porque lo que le pide el cuerpo es enfrascarse en algo que ayude a descolocar la vida, sacudirla y ponerla un poco al revés”. Los deseos de Vila se verán cumplidos, aunque no del modo que preveía.

Vila se asomará al abismo de la vida secreta de Robles, acompañado de su inseparable compañera, la sargento Chamorro, y el joven agente Arnau, que se unió al equipo en la anterior investigación. Vila y Chamorro llevan trabajando junto más de 15 años y han conseguido un alto grado de intimidad, han aprendido a conocerse y respetarse, se conocen tan bien que parece que ya nada podría sorprenderlos al uno del otro, pero esta investigación dará un vuelco a esta situación.

El asesinato de Robles destapa una trama de corrupción policial que les lleva hasta Barcelona, lugar donde el protagonista estuvo destinado al comienzo de su carrera y que provocará en él sentimientos encontrados, allí fue feliz y también desgraciado, pero se niega a recordar hechos dolorosos, aunque la realidad le obligará a enfrentarse a ellos.

La trama policial se sigue con interés y el autor demuestra sus sólidos conocimientos del sistema policial y judicial. Pero en esta novela destaca por encima de todo la relación entre Bevilacqua y Chamorro, en una tensión constante entre dos compañeros que se aprecian y respetan, pero en la que uno esconde secretos y la otra intuye que le está ocultando algo.

La marca del meridiano es también una intensa historia de amor y redención, además del retrato de la miseria moral y la corrupción social y policial y de una invitación a entenderse entre las diferentes Comunidades Autónomas, especialmente entre Madrid y Cataluña, separadas por la línea virtual del meridiano de Greenwich, que simboliza una época de malentendidos y desencuentros.

En definitiva, estamos ante una novela policíaca que va más allá del simple entretenimiento y nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del ser humano o, lo que es lo mismo, de nosotros mismos. Una historia en la que el autor afirma haber puesto mucho de sí mismo, de sus propios amores y odios, y eso es algo que se transmite a través de la intensidad de sentimientos y emociones que experimentan sus protagonistas.

Puedes comprar el libro en Popular Libros.

Únete al grupo de facebook "Me gustan los libros", la Reserva Natural de los Mamíferos Devoradores de Libros, y comparte tu opinión sobre este y otros títulos.

No hay comentarios: