El perro de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle (ed. Nórdica, 2011) se presenta en una cuidada edición con ilustraciones de Javier Olivares. Una propuesta atractiva para saborear una de las mejores novelas protagonizadas por Sherlock Holmes.
Después de que el autor terminase con su personaje, las reacciones no se hicieron esperar y, finalmente, se vio obligado a resucitarlo contra su propia voluntad. El perro de los Baskerville es la primera novela larga después de la “muerte” de Holmes, aunque hace referencia a hechos que habrían tenido lugar antes del trágico episodio en las cataratas de Reichenbach.
La tercera novela larga, de las cuatro que protagonizó Holmes, contiene la historia más oscura e inquietante, un caso con toques sobrenaturales que pondrá a prueba las capacidades del protagonista, “existe una zona donde ni el más agudo y experimentado detective puede hacer nada”.
El doctor Mortimer le enseña a Holmes un manuscrito datado en 1742 que le entregó sir Charles Baskerville, muerto tres meses antes. Charles, llegado hacía dos años desde Sudáfrica, estaba convencido de que sobre su familia pesaba una terrible maldición, y el documento parecía darle la razón.
Sherlock Holmes se enfrenta a la existencia de un posible monstruo que deja extrañas huellas y produce ruidos y visiones que atribuyen al demonio. El detective no se amedrenta ante el sabueso infernal de la leyenda, aunque se muestra cauto, “hasta ahora he limitado mis investigaciones a este mundo. Combato el mal dentro de mis modestas posibilidades; enfrentarse al Padre del Mal en persona quizás sea una tarea demasiado ambiciosa”.
Holmes y Watson tendrán que proteger al último heredero de los Baskerville y descubrir la verdadera naturaleza de la maldición que se cierne sobre la familia. Será un caso extraordinario, complejo, que situará a Holmes ante una situación inquietante, “uno no consigue siempre el éxito que se propone. El investigador necesita hechos reales, no leyendas y rumores”.
Volvemos disfrutar de la historia con la narración en primera persona de Watson quien, en esta ocasión, se convertirá en protagonista principal de la investigación o, por lo menos, eso es lo que él creerá. Viajará al lúgubre páramo para proteger al joven Baskerville y descubrir la verdad, mientras Holmes permanece en Londres. Además, se incluyen partes del diario del ayudante de Holmes y un cruce de cartas entre los dos personajes, para completar la narración de la historia.
Finalmente, asistiremos a un derroche de dotes deductivas por parte de Holmes que confirmará nuevamente su premisa principal: "una vez eliminado lo que es imposible, la verdad está en lo que queda, por más improbable que parezca".
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