“Groucho y yo”, es la disparatada autobiografía de Julius Henry Marx, es decir, el genial Groucho Marx.
Como no podría ser de otra forma, no estamos ante una autobiografía típica, el mismo Groucho nos lo advierte constantemente a lo largo del libro. Ya en el primer capítulo, comenta qué es lo que realmente le importa del libro, “lo que importa, sin embargo, es saber si este libro será comprado por suficientes personas para justificar el derroche del resto de mi vitalidad, rápidamente decreciente, que he hecho para escribirlo”.
El protagonista recorre los principales períodos de su vida con una mirada crítica, sarcástica y corrosiva sobre su propia persona, su familia judía y toda la sociedad en general. Groucho no deja títere con cabeza, empezando por él mismo.
Comenzamos a reírnos ya en las primeras páginas, donde el autor se remonta a su infancia, con frases llenas de humor como, “aunque es del dominio, creo que puedo anunciar que nací a muy temprana edad” o “años más, años menos, nací por los alrededores del cambio de siglo. No voy a decir qué siglo. Cada uno puede hacer sus conjeturas”.
A partir de aquí nos presentará a su familia, sin mostrar piedad ninguna ante sus errores. Conoceremos a sus abuelos alemanes, un ventrílocuo y una tocadora de arpa y cantante. Su padre, un sastre desastroso y su madre, una maga de la finanzas que conseguía hacer milagros con el escaso dinero que ingresaba en casa.
Por supuesto, nos presentará también a sus hermanos, con especial protagonismo de Chico, inteligente y jugador empedernido; y de Harpo, el más sensato de la familia. “Harpo heredó todas las buenas cualidades de mi madre: amabilidad, comprensión y cordialidad. Yo heredé lo que quedaba”.
Descubriremos cómo tuvieron que usar todo su ingenio para sobrevivir a una infancia y una juventud en un precario estado financiero, con una supervivencia a base de ingenio y mentiras, que dieron lugar a situaciones hilarantes. Se narra a continuación los comienzos patéticos en el mundo del espectáculo hasta que consiguieron triunfar en Broadway. No fue una etapa fácil, ya que “la posición de un actor en la sociedad estaba entre la de un gitano echador de cartas y un carterista”.
El libro está plagado de anécdotas y reflexiones sobre todo tipo de situaciones personales y sociales. Desde su mirada ácida e irónica asistimos a episodios históricos como la ley seca y el crack del 29, así como a las envidias entre profesionales o la inutilidad de críticos y productores. También hay un apartado para su vida familiar, sus aficiones, sus relaciones sentimentales o sus hijos.
Conforme vamos leyendo surge la gran pregunta, ¿qué hay de cierto en esta autobiografía? La respuesta la encontramos en las páginas del libro, Groucho juega con el lector mezclando realidad y ficción, sin que finalmente sepamos si lo que hemos leído sucedió realmente. Pero la verdad es que nos da igual, ya nos habremos reído suficiente, así que llegaremos a la conclusión de que la lectura ha valido la pena…
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4 comentarios:
No he leído esta autobiografía, pero por lo que cuentas me da que después de hacerlo dará igual que lo que cuente sea del todo cierto o no; lo importante es disfrutar leyendo. :-)
Leí hace siglos esta divertidisima y delirante biografía, con la que disfruté enormemente, al margen de que fuera cierto o no lo que cuenta. La biografía que escribe su hijo Arthur probablemente descubra aspectos diferentes de los mismos hechos o una visión más doméstica del gran humorista.Pero Groucho y Yo sigue siendo una magnífica interpretación de sí mismo, que todo grouchiano debe leer.
¡Totalmente de acuerdo con los dos!
En definitiva, qué mas da si es cierto o no. ¿Acaso es mas cierto lo que aparece en los periodicos? La lástima es que los periodicos no utilicen el humor. A todos nos cambiaria el humor, que buena falta nos hace.
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