“Nuestro amor es inexorable como la muerte.
Las inundaciones no serían capaces de apagarlo,
Y las mareas no podrían sumergirlo”
Estos versículos del Libro Cantar de los Cantares, capítulo 8 vrs. 6 y 7, podrían ser el resumen de una novela redonda, una historia emocionante, enigmática y absorbente que podemos encontrar en “Y después…” de Guillaume Musso, (ed. Martínez Roca, 2008)
Este libro obtuvo el premio a la novela mejor adaptable al cine y la película ya se está rodando con John Malkovich como protagonista. Antes de que salga la película te recomiendo que leas la novela porque se trata de una de esas historias impactantes, con un ritmo frenético, una extraordinaria historia de amor, un argumento enigmático que culmina con un final genial y un tema que nos hace reflexionar sobre uno de los aspectos más importantes de nuestra existencia, ¿cómo afrontamos el momento de la muerte?
El protagonista de la novela es Nathan del Amico, un abogado que ha conseguido el éxito a nivel profesional. Ha conseguido triunfar en la vida, “él había ganado dinero con su trabajo, defendiendo a personas y a sociedades, y haciendo respetar la ley. Brillante, rico y orgulloso de sí mismo.” Además, Nathan exasperaba a la mayoría de sus colegas porque era demasiado perfecto, “no satisfecho de contar con un físico agraciado, no se olvidaba nunca de saludar a las secretarias, daba las gracias al portero que le llamaba un taxi y dedicaba gratuitamente unas cuantas horas al mes a los clientes necesitados”.
Detrás de esta fachada hay una realidad muy distinta. Nathan es un egoísta que no se preocupa por los demás. “En su vida personal había seguido la trayectoria opuesta de su éxito profesional. Su mujer Mallory se divorció de él por dedicar más tiempo a su profesión que a su familia.” Tres años antes perdieron a su bebé de tres meses y ese episodio fue el desencadenante que precipitó la separación. Pero, en el fondo, Nathan sigue enamorado de ella y sabe que debe pasar más tiempo con su hija Bonnie, de 7 años, aunque para conseguirlo no está dispuesto a sacrificar el ritmo de vida que lleva.
Nathan ha tenido que vivir siempre intentando aparentar una imagen que no es real. Es de origen humilde y la diferencia social con Mallory le llevó a pretender ser quién no era, “Muy pronto se vio empujado a forjarse una personalidad fundada en el cinismo y el individualismo, y a huir de todo lo que en él suponía fragilidad. Para ser uno de los mejores, para no tener que pedir perdón por sus debilidad”. Siempre se ha creído un superhombre, “Vivía en un mundo presidido por el espíritu de la competición. Un mundo que dejaba poco espacio a los débiles. A fuerza de jugar a ser un superhombre, había acabado casi por olvidar que era mortal”. Pero, en realidad, se encuentra martirizado por los remordimientos sobre su relación matrimonial, con sus hijos y su forma de atender a su madre en sus últimos momentos antes de morir.
La aparición en su vida del doctor Garret Goodrich (el personaje que interpretará John Malkovich), doctor en cirugía oncológica y jefe de una unidad de cuidados paliativos, cambiará completamente su concepción de la vida. Garret afirma ser un "Mensajero", personas con un don sobrenatural que pueden presentir quién está a punto de morir. “Preparan a los que van a morir para dar el gran salto al otro mundo”. Nathan recibirá esta revelación con escepticismo, pero finalmente, después de unos episodios de gran impacto emocional, se convencerá de que lo que dice Garret es cierto. La conclusión es terrible; si Garret es un Mensajero, quiere decir que él está a punto de morir.
Con la ayuda de Garret, Nathan se dedicará en cuerpo y alma a recuperar todo el tiempo perdido, restablecer relaciones rotas, involucrarse con los problemas ajenos y sacrificarse por los demás. Él nunca ha creído en Dios ni en la supervivencia del alma, pero la percepción de que la muerte está cerca le llevará a preguntas transcendentales, “¿Qué ocurre después?”, “¿Y si, a pesar de todo, el hombre no se redujera a su envoltura carnal? ¿Y si hubiera algo más?” y le lleva también a exclamar, “Dios mío, ¡ayúdame!” a pesar de sentirse alejado de Él.
El personaje de Nathan y su evolución en búsqueda de la redención tiene unos matices a nivel psicológico, emocional y moral de gran profundidad. La narración está envuelta en un halo de misterio y suspense que se resuelve con un final impactante y convincente.
El libro consigue enganchar desde las primeras páginas. Hay que estar muy atento al episodio del principio ocurrido en el año 1972 y a cada frase de las conversaciones entre los protagonistas, ¡son vitales para el desarrollo de la historia!
Lo dicho, un gran libro, de los que terminan dejándote un buen sabor de boca y con importantes preguntas y cuestiones para reflexionar.
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1 comentario:
Hola ,yo me he leido el libro 3 veces,me encanto la historia y la manera de relatar los acontecimientos.Un gran escritor.
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